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En todo Estados Unidos hay casi 6 millones de personas a quienes se prohíbe votar en base a leyes estatales que privan del voto a quienes hayan cometido ciertos delitos graves. Tres cuartos de las personas privadas de su derecho al voto han salido de la cárcel y están viviendo en sus comunidades, ya sea en libertad condicional o preparatoria, o porque ya completaron sus condenas. Estas leyes tienen un impacto desproporcionadamente mayor en la gente afroestadounidense. Florida es el estado con el mayor número de personas negras que han sido privadas del derecho al voto, uno de cada cuatro adultos afroestadounidenses en éste estado no pueden votar. Mientras tanto otros estados, como Vermont y Maine, tienen leyes que permiten que los presos voten desde la cárcel. ¿Cómo incide todo esto en las elecciones de mañana?
Para profundizar en el tema, vea nuestra entrevista con Victoria Law, periodista independiente y autora del artículo: “Disenfranchised by Misinformation: Many Americans Are Allowed to Vote But Don’t Know It” (Desinformaición que cercena derechos: mucha gente estadounidense está habilitada para votar pero no lo sabe). También hablamos con Malissa Gamble, fundadora de la organización The Time is Now to Make a Change (Es tiempo de hacer un cambio), un centro de apoyo a mujeres ex convictas de Filadelfia. Ella estuvo presa en Muncy, Pennsylvania y salió en libertad hace 13 años.