En Alemania, migrantes y refugiados afrontan reacciones adversas después del ataque del lunes en el que un camión arremetió contra la multitud en un mercado de Navidad en Berlín provocando la muerte de 12 personas e hiriendo a otras 48. Las autoridades europeas están buscando al sospechoso Anis Amri, un exconvicto tunecino a quien se había negado asilo en Alemania y que era considerado un riesgo para la seguridad. Yaser, un refugiado sirio de 32 años de edad, habló sobre lo sucedido.
Yaser: “No nos sentimos bien como refugiados después de lo ocurrido. Cuando alguien comete un crimen en Alemania, sin importar su nacionalidad, los refugiados pasamos a ser sospechosos”.
El ataque del lunes podría socavar la política de puertas abiertas de la canciller Angela Merkel, que el año pasado permitió reasentar a más de un millón de migrantes y refugiados en Alemania. El miércoles, miembros del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) protestaron frente a la oficina de la canciller. Llevaban pancartas con las leyendas “Merkel, tienes las manos manchadas con la sangre de tu pueblo” y “Habrá guerra”.