El jueves en Irak, tres coches bomba suicidas dirigidos por miembros del autoproclamado Estado Islámico (ISIS) mataron al menos a 15 civiles y ocho oficiales de policía iraquíes, en el marco del tercer mes de la batalla para retomar la ciudad de Mosul. Los ataques se produjeron en una zona residencial al este de Mosul, que el ejército iraquí afirma haber tomado semanas atrás. La lucha se produjo mientras varios residentes de Mosul permanecieron en sus hogares a pesar de las feroces batallas que tenían lugar allí cerca. Muchos dijeron que las condiciones en los campamentos de desplazados eran tan precarias que preferían arriesgarse a la muerte. Este es Abdullah Murad, quien dejó un campamento al este de Mosul el miércoles.
Abdullah Murad expresó: “Hasta las necesidades más simples no están disponibles. Estamos rodeados de barro, mírennos, es así la cosa con el barro. Ayer se incendió una tienda de campaña. Fue indescriptible, la tienda quedó envuelta en llamas en 20 segundos y murió gente. De noche hace frío, mucho frío. Vamos a intentar quedarnos con familiares o en algún hogar. Será mejor que el campamento”.