Hoy, desde Flint, Michigan Democracy Now! hace un informe especial sobre la actual crisis hídrica en dicha ciudad. En el año 2014, un gerente de emergencia que no fue elegido democráticamente sino que fue designado por el gobernador de Michigan, Rick Snyder, cambió la fuente de agua potable de la ciudad del anterior sistema de Detroit, que habían estado usando durante medio siglo, al corrosivo río Flint. Prontamente, los residentes se empezaron a quejar por el color y el olor del agua, por que estaba plagada de problemas. Primero, el agua estaba infectada de bacterias. Después, contenía productos químicos cancerígenos denominados trihalometanos (THM). Una epidemia fatal de la enfermedad de los legionarios, provocada por bacterias que viven el agua, se expandió por la ciudad y dejó un saldo de diez muertos. Y, en silencio, bajo tierra, el agua del río Flint estaba corroyendo las viejas cañerías de la ciudad, contaminando el agua potable con plomo, que puede provocar retrasos permanentes en el desarrollo y deficiencia neurológica, especialmente en niños. Desde que se conocieron las noticias sobre la contaminación con plomo en octubre del año pasado, muchos funcionarios públicos de Michigan fueron relevados de sus cargos, el FBI abrió una investigación y un consejo especial de la oficina del fiscal general de Michigan anunció que varios funcionarios jerárquicos, entre ellos el gobernador Rick Snyder, podrían enfrentar cargos penales, incluido homicidio culposo. El fin de semana pasado, fuimos a Flint para conocer la increíble historia, en la cual el gobernador y otros funcionarios ignoraron los reclamos de los residentes durante un año y medio y la comunidad luchó con protestas, periodismo comunitario, un nuevo alcalde y un proyecto de examen masivo a los residentes.
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