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El lunes, el Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que había logrado desbloquear un iPhone usado por uno de los atacantes de San Bernardino y desestimó el caso contra la empresa Apple, dando por finalizada una batalla legal que ponía muchas cosas en juego, pero dejando sin resolver un amplio debate sobre la encriptación. La lucha entre el FBI y Apple se había vuelto cada vez más polémica porque el gigante de la tecnología se rehusaba a colaborar con las autoridades del gobierno a quebrar los dispositivos de seguridad de su teléfono. El FBI quería que Apple construyera una puerta trasera para acceder al teléfono, pero Apple dijo que tal medida pondría en riesgo la seguridad de otros iPhone también. La decisión del FBI de desestimar el caso ahora plantea nuevos problemas acerca de la solidez de la seguridad de los dispositivos Apple, dada la capacidad que tienen las fuerzas de seguridad de desbloquear el iPhone sin la ayuda de Apple. La semana pasada hablamos con el periodista Glenn Greenwald, ganador del premio Pulitzer, acerca de la lucha entre el FBI y Apple, así como de la aceptación del uso de la tortura por parte de Donald Trump.