El gobierno del presidente Donald Trump anunció el martes que expulsará a 15 diplomáticos cubanos de Estados Unidos como respuesta a una serie de extraños problemas de salud sin explicación que afectan a los diplomáticos estadounidenses que se encuentran en Cuba. La medida se produce luego de que el Departamento de Estado estadounidense afirmara que retirará más de la mitad de sus diplomáticos de la embajada en La Habana, luego de que los empleados se vieran afectados por problemas tales como pérdida de audición y lesiones cerebrales, en lo que se describió como un probable “ataque sónico”. Cuba niega estar involucrada y afirma que ayudará a investigar lo sucedido. El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, acusó el martes al gobierno de Trump de dar marcha atrás en los intentos de distender las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que comenzaron durante el gobierno del ex presidente Barack Obama.
Bruno Rodríguez sostuvo: “La decisión política injustificada de exigir que 15 empleados de nuestra embajada dejen el territorio de Estados Unidos es un acto de naturaleza absolutamente política que solo beneficia a aquellos que quieran hacer descarrilar la posibilidad de que las relaciones entre ambos países continúen avanzando y a los que quieran retrasar el progreso logrado en los últimos años”.