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Una nueva película analiza la violación a Recy Taylor perpetrada por una banda en el año 1944. Taylor era una joven afrodescendiente de 24 años de edad, madre y trabajadora rural. Después de la violación no quiso quedarse callada y denunció lo ocurrido con la ayuda de Rosa Parks, investigadora principal de violaciones de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color. Cuando Parks fue a entrevistar a Taylor, el sheriff local pasó frente a la casa varias veces y finalmente ingresó violentamente y amenazó a Parks con detenerla si no se iba de la ciudad. Parks se fue y luego creó el Comité de Alabama por una Justicia Igualitaria para la Sra. Recy Taylor. Esto desencadenó un movimiento para pedir justicia, once años antes que Parks se convirtiera en heroína de los derechos civiles por rehusarse a cederle el asiento en el autobús a un hombre blanco y dar origen al boicot al servicio de autobuses de Montgomery.
Para saber más de este tema, hablamos con Nancy Buirski y Crystal Feimster. Buirski es la directora de la película. Feimster es historiadora de la Universidad de Yale y autora del libro “Southern Horrors: Women and the Politics of Rape and Lynching” (Horrores sureños: las mujeres y la política de la violación y el linchamiento).
Transcripción
JUAN GONZÁLEZ: Vamos a hablar ahora de una nueva película que retrata lo sucedido en 1944 con una mujer negra, madre y trabajadora rural de 24 años que fue violada en grupo en Alabama y no aceptó ser silenciada. El documental se llama “La Violación de Recy Taylor”. Veamos un fragmento del trailer.
RECY TAYLOR: Vi el auto detenerse detrás de mí. Eran hombres blancos. Bueno, no dijeron nada de qué me iban a hacer. Me metieron en el auto y me vendaron los ojos. Les rogué que me dejaran en paz, que no me dispararan. Que tenía que ir a casa a ver a mi bebé. No me dejaron ir. No puedo callar la verdad, debo contar lo que me hicieron.
JUAN GONZÁLEZ: Esa era la propia Recy Taylor relatando lo que sucedió la noche en que seis hombres blancos la secuestraron y violaron brutalmente cuando regresaba caminando a su casa después de un servicio religioso en una iglesia en Abbeville, Alabama. Luego de la violación, los hombres dejaron a Taylor en una carretera desierta, donde fue encontrada por su padre. Veamos otro fragmento de la película “La Violación de Recy Taylor”. Este comienza con su hermano, Robert Corbitt, y su hermana, Alma Daniels, explicando lo que le pasó a Recy Taylor la noche en que fue violada.
ALMA DANIELS: Lo que le hicieron a ella –o sea, mi hermana no tuvo más hijos después de eso, nunca quedó embarazada después de eso. No fue solo que tuvieron sexo con ella. Después la mutilaron, jugaron con su cuerpo.
ROBERT CORBITT: No sé que podía estar sintiendo ella, si dolor o qué. Eso fue después de que la retuvieron unas cuatro o cinco horas allí en el bosque. Siete hombres, una noche. Le dijeron que querían que se portara igual que lo haría con su esposo.
AMY GOODMAN: Aunque los chicos le habían advertido repetidamente que la matarían si hablaba, igual Recy Taylor denunció a sus violadores, a pesar de las amenazas. Pocas mujeres se animaban a hablar, temiendo por sus vidas. De hecho, en el sur estadounidense regido por Jim Crow, era tan común que las mujeres negras fueran violadas por hombres blancos, que la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) había designado una persona específica para investigar las violaciones. Esa persona era la mismísima Rosa Parks. Cuando Rosa Parks fue a entrevistar a Recy Taylor –esto fue de 11 años antes del boicot de autobuses en Montgomery- el jefe de policía local pasó varias veces con su auto por la puerta, hasta que finalmente irrumpió en la casa y amenazó a Rosa Parks con arrestarla si no se iba de la ciudad. Parks se fue y al poco tiempo fundó el Comité de Alabama por una Justicia Igualitaria para la Sra. Recy Taylor impulsando así un movimiento por la justicia. Y repito, esto fue 11 años antes de que Rosa Parks se convirtiera en heroína de la lucha por los derechos civiles al negarse a ceder su asiento de autobús a un hombre blanco, lo que originó el boicot de autobuses de Montgomery.
Para hablar sobre este tema nos acompaña Nancy Buirski, productora y directora de “La Violación de Recy Taylor”. Y también nos acompaña la académica Crystal Feimster, una de las entrevistadas en la película. Es profesora adjunta de Estudios Afroestadounidenses en la Universidad de Yale y autora del libro: “Southern Horrors: Women and the Politics of Rape and Lynching”. (Horrores sureños: mujeres y la política de la violación y el linchamiento). Les damos la bienvenida a ambas a Democracy Now!
Nancy Buirski, comencemos contigo. ¿Por qué encaraste esta película? Qué momento tan increíble para su difusión, en medio del movimiento #MeToo. Y bueno, cuéntanos más acerca de la historia de Recy Taylor y qué fue lo que sucedió finalmente.
NANCY BUIRSKI: ¿Sabes? Recy Taylor ha sido asombrosamente valiente por animarse a hablar. Como mencionaste, muy pocas mujeres lo hicieron. Tenían miedo por sus vidas. Sus familias eran amenazadas y también amenazaban a sus amigos con hacerles perder sus fuentes de sustento. Entonces, lo que ella hizo fue extraordinario. Y bueno, esta película fue realizada antes del movimiento #MeToo. No nos imaginábamos que estallaría algo así. Pero ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que la historia de Recy Taylor es el primer eslabón de una larga cadena. Quizás… ni siquiera el primer eslabón. Realmente es algo que se remonta a la esclavitud. Pero es un eslabón muy importante en una cadena que atraviesa directamente el movimiento por los derechos civiles, sigue a través del movimiento Black Power (Poder negro) y obviamente se expresa hoy en día.
AMY GOODMAN: ¿Y qué pasó con Recy Taylor? ¿Qué dijeron las investigaciones? Rosa Parks estuvo allí. Tenemos esa increíble…
NANCY BUIRSKI: Así es.
AMY GOODMAN: …historia de la visita de Rosa Parks a Abbeville. Esto fue lo que motivó a Rosa Parks, lo que la impulsó.
NANCY BUIRSKI: Pues bueno, hubo una investigación indagatoria de un gran jurado poco después de la violación. Creo que eso fue en octubre. La violación fue en septiembre. No hubo justicia para ella. Si bien ella identificó a sus violadores, los tipos no fueron acusados, para sorpresa de nadie. Y ahí es cuando Rosa Parks interviene y dice: “Tenemos que presionar más al gobernador para poder lograr algún tipo de justicia”. Entonces ella viaja a Abbeville y entrevista a Recy Taylor. El jefe de policía la echa de Abbeville, pero ella regresa. La vuelve a entrevistar y la lleva a Montgomery, donde crea este Comité por una Justicia Igualitaria para la Sra. Recy Taylor. Y lo que esto… esto básicamente impulsa a los periódicos afroestadounidenses a cubrir esta historia. Y estos periódicos eran los únicos que cubrían este tipo de historias en aquellos días. No es que los periódicos blancos censuraron la historia; simplemente la ignoraron. No les parecía importante.
JUAN GONZÁLEZ: La película destaca el papel que tuvo la prensa afroestadounidense en la documentación y difusión de lo que le pasó a Recy Taylor. En este fragmento veremos a la periodista y activista Esther Cooper Jackson, seguida de Danielle McGuire. McGuire es la autora de “At the Dark End of the Street” (El oscuro final de la calle), libro que inspiró la película.
ESTHER COOPER JACKSON: Los únicos medios donde realmente pudimos publicar artículos sobre Recy y otros casos así, fueron periódicos como The Chicago Defender, Pittsburgh Courier, Amsterdam News, Baltimore, etc. O sea, en la prensa afroestadounidense.
DANIELLE McGUIRE: Eso es parte de esta especie de infraestructura de la injusticia, en la que la prensa blanca ignora este tipo de crímenes y luego… y entonces no hay registro de que estén sucediendo, lo que da cierta credibilidad a jueces y jurados cuando niegan tener conocimiento de estos hechos y dicen que tal vez sea un rumor. O sea, ni siquiera está en los periódicos. Y por eso es tan importante que la prensa afroestadounidense haya publicado estas historias.
JUAN GONZÁLEZ: Escuchábamos a la historiadora Danielle McGuire. Estamos en comunicación con Crystal Feimster, profesora adjunta de Estudios afroestadounidenses en la Universidad de Yale, autora del libro “Southern Horrors: Women and the Politics of Rape and Lynching”. (Horrores sureños: las mujeres y la política de la violación y el linchamiento). Profesora Feimster, háblanos sobre la importancia de la prensa afroestadounidense, de periódicos como The Chicago Defender, Pittsburgh Courier, Baltimore afroestadounidense, que realmente pudieron exponer lo que sucedía en el sur estadounidense regido por Jim Crow porque estaban en el norte y tenían la posibilidad de hacerlo.
CRYSTAL FEIMSTER: Así es. La prensa afroestadounidense jugó, desde luego, un papel muy importante en la exposición de la violencia blanca, particularmente contra las mujeres y hombres afrodescendientes del sur de Estados Unidos. Muy a menudo esas historias… las historias sobre violaciones eran contadas a través de las historias de linchamiento, ¿verdad? Mi trabajo se ha enfocado en eso, en esa dimensión más larga de la historia. Y cuando pensamos en esa prensa inmediatamente pensamos en el periódico de Frederick Douglass o en la Campaña contra el linchamiento de Ida B. Wells y el modo en que las comunidades afroestadounidenses han movilizado a la prensa. O sea, podemos pensar, así como en la actualidad la gente se moviliza a través redes sociales, pues bueno, para la gente afroestadounidense esa prensa fue clave, no solo para el caso de Recy, sino también para todo el trabajo que estaban haciendo las organizaciones afroestadounidenses, como la NAACP, a principios del siglo XX. Entonces sí, así fue.
AMY GOODMAN: ¿Podrías contarnos qué le sucedió, qué pasó con Recy Taylor y su asombrosa valentía? Después de violarla, le dicen: “Tienes que prometer no decir una palabra o te mataremos”, pero ella igual habla inmediatamente. Y también cuéntanos acerca de las investigaciones que se realizaron a raiz de esto durante décadas. Fue una historia que atormentó a Alabama durante décadas. Y finalmente, ¿qué pasó en 2011 en la legislatura del estado de Alabama?
CRYSTAL FEIMSTER: Bien. Mucho de lo que sabemos sobre Recy Taylor y su caso, proviene de la investigación de Danielle McGuire para “The Dark End of the Street” así como de los relatos de Robert Corbitt, los relatos de la propia Recy, que dan testimonio de lo ocurre incluso hoy en día. La hermosa película de Nancy nos ha acercado la presencia de su voz. Bueno, sabemos que Recy llega a su casa. Sabemos que le dice a su esposo y a su padre lo que le sucedió. Y se presenta ante dos grandes jurados, ¿sí? Para declarar e identificar a los jóvenes que la violaron en grupo esa noche. Como ya sabemos, Esther Cooper hace una investigación. Se realiza una campaña de incidencia por medio de cartas, muchos sindicatos se involucran. Como ya mencionamos, la prensa afroestadounidense difunde la historia. Y es allí donde se comienza a mover la historia y toma dimensión no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Y la campaña por Recy continúa, ¿sí? pero lo que sucede después de las investigaciones de esos dos grandes jurados es que se niegan a llevar el caso de Recy a juicio. Esto se ve claramente en el trabajo de Danielle McGuire. Y el movimiento de alguna manera también pasa a otras cosas. Eso no quiere decir que dejen de ocuparse de investigar casos de violación a mujeres negras, sino que siguen apareciendo nuevos casos. Todos los días hay nuevas denuncias de mujeres negras atacadas por hombres blancos. Así que abordan estos nuevos casos y tratan de llevarlos a la justicia. Y Recy, bueno, vuelve a su vida y a su familia. Sigue con su vida, pero es una vida difícil. Sabemos que su hija muere en un trágico accidente automovilístico. Sabemos que su matrimonio se desmorona. Pero ella sigue viviendo, haciendo su vida, denunciando lo que le sucedió. Ella nunca reniega de su historia ni se arrepiente. Y creo que en la película lo expresa con elocuencia, que tenía que contar lo que le había sucedido. Y el hecho de que no se hiciera justicia en su caso no la hizo callar. Y muchas mujeres que se animaron a denunciar después de ella, tampoco permitieron que las hicieran callar. Creo que hay una larga tradición de mujeres negras que han salido a dar cuenta de las agresiones sexuales y la violencia sexual, incluso sin tener acceso a la justicia.
JUAN GONZÁLEZ: Nancy Buirski, en la película has incluido también una carta de Rosa Parks en la que relata haber sufrido un intento de violación en 1931, mucho antes de este episodio.
NANCY BUIRSKI: Así es. Ella trabajaba como niñera de una familia blanca. Y bueno, esto era algo común para las niñeras, o sea, que la cuidadora… bueno, ella era la cuidadora. Y se le aproxima un vecino y ella lo convence de no violarla. Esto es algo extraordinario, ella realmente logra disuadirlo. Esa carta transmite su ideología y cuenta básicamente lo que le dijo.
AMY GOODMAN: Vamos a esa carta.
NANCY BUIRSKI: OK.
AMY GOODMAN: Esto le sucede a la propia Rosa Parks. El hombre, a quien ella nombra como “Sr. Charlie” fue a la casa donde ella trabajaba mientras la familia se encontraba fuera. Él toma una copa, le pone la mano en la cintura y le hace proposiciones. Veámoslo en la película.
ROSA PARKS: [leído por Cynthia Erivo] Supe que pasara lo que pasara, no me entregaría a la bestialidad de este hombre blanco. Estaba preparada y dispuesta a morir. Pero no le daría ningún tipo de consentimiento, nunca.
AMY GOODMAN: Eso escribe Parks, y continúa: “Si quería matarme y violar a un cadáver, pues que lo hiciera, pero tendría que matarme primero”.
NANCY BUIRSKI: Y bueno, es impresionante ver que incluso ella tampoco habló de inmediato sobre eso. Esta carta fue escrita años después del incidente. Y ella lo escribe a modo de ensayo, para transmitir lo que le había sucedido a mucha más gente, e idealmente, empoderar a otras personas para que pudieran hablar. Pero para mí ese es un ejemplo de lo difícil que era, en ese tiempo, hablar de estas cosas. Uno de los motivos por lo que conocemos tan poco sobre toda esta historia, que considero una historia épica, es que las pocas mujeres que hablaron, cuando sí se animaban a denunciar, a menudo no se difundía. Nadie se enteraba. O sea, los linchamientos que se hacían en el sur profundo de EE.UU. eran siempre visibles, así eran concebidos. Eran una herramienta del terrorismo y un modo de marcarle a la gente cuál era lugar… a los hombres negros… afroestadounidenses. Pero a las mujeres no se las trataba de la misma manera. También las violaciones eran una herramienta del terrorismo, pero para muchos de estos tipos eran también un rito de iniciación. O sea, ellos habían sido criados con la mentalidad de que tenían derecho a hacer estas cosas, tenían derecho a aprovecharse del cuerpo de una mujer negra. Entonces, no solo las mujeres no se animaban a hablar; tampoco hablaban sus maridos. Porque si ellos denunciaban o hacían algo, los linchaban.
JUAN GONZÁLEZ: Quiero que veamos otro…
CRYSTAL FEIMSTER: Yo también creo…
JUAN GONZÁLEZ: Oh, lo siento, adelante.
CRYSTAL FEIMSTER: Está bien, iba a decir que pienso que, bueno, lo que la carta de Rosa Parks muestra, así como también la película lo muestra, y la larga historia de violencia sexual contra las mujeres negras, es que si bien las mujeres negras quizás no tuvieron una plataforma pública donde hacer sus denuncias y ser escuchadas, de todas maneras resistieron contra la violencia sexual. Y con frecuencia su modo de denuncia estaba en su comportamiento, en la forma en que luchaban. Y vemos esa resiliencia y esa franqueza en las palabras de Rosa Parks al Sr. Charlie, ¿verdad? Y creo que ahí los historiadores e historiadoras encuentran fuentes de gran riqueza, ¿verdad? en los modos de protesta de estas mujeres, porque no contaban con los canales tradicionales, como la prensa blanca, ¿verdad? ni con una audiencia favorable o interesada en las agresiones y la violencia sexual contra las mujeres negras. Tuvieron que encontrar formas alternativas para luchar y resistir. Y a veces eso estaba en su modo de resistir a la violencia. Y a veces era llevando los casos ante al jefe de policía local, a menudo con pocos o ningún resultado, ¿verdad? Entonces, creo que quizás podamos reflexionar de alguna manera acerca de esta especie de espectro donde… de las formas que encuentran las mujeres para denunciar, a pesar de que de alguna manera no se ajuste a cómo pensamos que las mujeres deberían denunciar, al modo del movimiento #MeToo. Porque creo que todo el mundo sabe que estas cosas suceden, ¿verdad? y que son silenciadas, pero muchas veces ese silencio encuentra una manera de decirlo todo. Entonces creo que esto es importante. Y creo que tanto el trabajo de Danielle como el de Nancy de alguna manera revelan las diversas maneras en las que las mujeres expresan sus protestas.
JUAN GONZÁLEZ: Nancy, ¿qué repercusiones tuviste cuando fuiste a la ciudad de Alabama y quisiste entrevistar a la gente sobre este tema, ahí en el lugar de los hechos, a la gente que aún vive?
NANCY BUIRSKI: Intentamos entrevistar a mucha más gente que… de la que finalmente aparece en la película. Quisimos hablar con empresarios blancos de la zona, que básicamente nos cerraron la puerta en la cara. En la película aparecen unos pocos familiares de los violadores que sí quisieron hablar. Y francamente, me sorprendió que lo hicieran. Creo que, en cierto sentido, como que tienen una negación sobre el tema, porque usan eufemismos para hablar de lo que hicieron sus hermanos. Así que no estoy segura de que… no se si es que no aceptan lo que hicieron, o que no saben cómo hablar al respecto. Pero en cuanto a la gente afroestadounidense, estaban más que felices de poder hablar. Y quisiera destacar la increíble valentía de Robert Corbitt, hermano de Recy Taylor, que hasta el día de hoy sigue asumiendo la tarea de difundir esta historia.
AMY GOODMAN: ¿Y qué pasó en la legislatura de Alabama en 2011?
NANCY BUIRSKI: Emitieron una resolución de disculpa y…
AMY GOODMAN: ¿Eso fue todo?
NANCY BUIRSKI: Eso fue todo. Y bueno, la familia Corbitt —las familias Corbitt y Taylors— lo consideran demasiado poco, demasiado tarde, pero igual aceptan la disculpa. O sea, esa familia tiene una dignidad tremenda. Y continuarán hablando de esto. Continuarán dando el mensaje de que este tipo de cosas no debería suceder. Algo que es muy importante mencionar es que nadie sintió vergüenza sobre esto. Recy Taylor nunca se sintió avergonzada. No tenía por qué. Ella supo que estaba dejando un legado al comportarse de esa manera.
AMY GOODMAN: Y ella sigue viva, Recy Taylor, en Alabama.
NANCY BUIRSKI: Sigue viva. Ella todavía está aquí.
AMY GOODMAN: Quiero agradecer a Nancy Buirski, directora y productora de “La Violación de Recy Taylor”, y a Crystal Feimster, profesora adjunta de Estudios afroestadounidenses en la Universidad Yale, autora “Southern Horrors: Women and the Politics of Rape and Lynching” (Horrores sureños: las mujeres y la política de la violación y el linchamiento).
Para terminar el programa, volveremos a uno de los titulares de esta semana: Tarana Burke, la mujer que fundó el movimiento #MeToo, estará celebrando el año nuevo en Nueva York. Festejará el cambio de año como una mujer que se animó a denunciar.
Traducido por Lissette Favorite. Editado por Verónica Gelman y Democracy now! en Español.