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Las comunidades de inmigrantes en Estados Unidos se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, luego de las redadas llevadas a cabo durante la semana pasada en las que agentes del Servicio de Inmigración detuvieron a más de 600 personas. Fue la mayor operación de este tipo desde que Donald Trump asumiera la presidencia del país. Según los reportes, se realizaron redadas en 11 estados, entre ellos California, Nueva York, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Illinois, Indiana, Kansas, Kentucky, Missouri y Wisconsin. El domingo, Trump pubicó un tuit que decía: “Al ejercer la mano dura con los delincuentes ilegales estoy cumpliendo con mi promesa de campaña. ¡Estamos expulsando pandilleros, traficantes de droga y más!” Activistas por los derechos migratorios dicen que estas acciones expresan una clara señal de cambio en el gobierno de Trump, en cuanto a la decisión de deportar gente, cuya expulsión era considerada de “baja prioridad” bajo la presidencia de Obama.
Para ampliar esta información, vea nuestra conversación con el presidente del senado del estado de California, Kevin de León y con Steven Choi, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York.