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Crece en Florida la batalla por la pena de muerte, donde Aramis Ayala, fiscal del estado del condado Orange-Osceola, anunció que la oficina que dirige ya no pedirá la pena de muerte para ningún caso de asesinato, incluido el caso de Markeith Loyd, acusado de asesinar a su novia embarazada, Sade Dixon, y a la agente de policía Debra Clayton. El anuncio de Ayala desató una inmediata reacción del sindicato de policías y del gobernador de Florida, Rick Scott, que le pidió a Ayala que se recusara del caso Loyd. Ayala se rehusó y Scott emitió una orden ejecutiva destinada a desplazarla del caso y reasignarlo. Ahora, Ayala, primera fiscal del estado afroestadounidense en la historia de Florida, recibió amenazas de muerte hasta de los empleados del gobierno local.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Angel Harris. Harris es asesor adjunto del Fondo de Defensa legal de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color.