El ataque se produjo después de que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declarara la ley marcial en la región de Mindanao, mientras sus fuerzas combatían a milicianos aliados del autoproclamado Estado Islámico en la ciudad de Marawi. El jueves, 11 soldados filipinos fueron asesinados por “fuego amigo” de un ataque aéreo dirigido a los combatientes. Duterte ha amenazado con declarar la ley marcial en todo el país si continúa la insurgencia.
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