Aumenta la tensión nuevamente en la península coreana tras la exitosa prueba realizada el martes por Corea del Norte con un misil intercontinental, el cual, de acuerdo a los expertos, puede llegar a Alaska. En respuesta, EE.UU. y Corea del Sur realizaron una práctica conjunta de misiles balísticos en el mar de Japón. A principios de este año, Estados Unidos realizó numerosos ejercicios militares en la península de Corea y desplegó un sistema antimisiles conocido como THAAD en Corea del Sur, a pesar de las protestas de los surcoreanos. Para saber más de este tema hablamos con Christine Ahn, fundadora y coordinadora internacional de Women cross DMZ, un movimiento global de mujeres que se movilizan por la paz en Corea.
Transcripción
AMY GOODMAN: Estados Unidos y Corea del Sur han llevado a cabo un test conjunto de misiles balísticos en el Mar de Japón, después de que Corea del Norte probara con éxito un misil intercontinental que los expertos creen que sería capaz de alcanzar Alaska. El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, dijo que la prueba del misil era un “regalo” para el presidente Trump por el Cuatro de Julio. El Pentágono también ha publicado un video de un misil interceptor de largo alcance estadounidense colisionando con un misil de alcance intercontinental, aparentemente como advertencia a Corea del Norte.
Las tensiones han aumentado en los últimos meses entre Estados Unidos y Corea del Norte. A principios de este año, Estados Unidos llevó a cabo extensos ejercicios militares en la península de Corea y desplegó Un sistema antimisiles conocido como THAAD en Corea del Sur, a pesar de las protestas de los surcoreanos. El nuevo presidente surcoreano también se opone al sistema de misiles THAAD, y el mes pasado ordenó una investigación tras descubrir que cuatro nuevas baterías de misiles habían sido introducidas en Corea del Sur. Tras el lanzamiento del misil de Corea del Norte, el presidente Trump tuiteó: “¡Quizás China realice un movimiento enérgico respecto a Corea del Norte para terminar este absurdo de una vez por todas!”.
Se une a nosotros ahora por Christine Ahn, fundadora y coordinadora internacional de Women Cross DMZ, un movimiento mundial de mujeres movilizadas por la paz en Corea.
Bienvenida a Democracy Now!, Christine. Muchas gracias por acompañarnos. ¿Podría hablar de esta última escalada [de tensión]?
CHRISTINE AHN: Como sabemos, Corea del Norte tiende a realizar estas pruebas de misiles de una forma algo poética. Como usted mencionó, dijeron que era un “regalo” para el gobierno de Trump. La prueba se produjo pocos días después de la cumbre entre [el presidente de Corea del Sur] Moon Jae-in y el presidente Trump, en la que desgraciadamente, el presidente Moon, que acaba de llegar al cargo y que goza de un 80 % de popularidad, acató en muchos sentidos la línea del gobierno Trump sobre la presión máxima y aceptó los términos de la política estadounidense sobre Corea del Norte, algo que comienza a alejarse de su línea a favor de un acercamiento [a Corea del Norte] y obviamente, de los sentimientos del pueblo surcoreano. Ocho de cada 10 surcoreanos, según una nueva encuesta, han dicho que deseaban el diálogo entre las dos coreas. Así que creo que en gran medida, la prueba fue una respuesta a eso. También coincidió con la visita del expresidente Obama a Seúl, y sabemos que los norcoreanos no estaban muy satisfechos con el gobierno de Obama y su política de “paciencia estratégica”, que el presidente Trump esta básicamente replicando.
Así que, una vez más, creo que Corea del Norte realiza estas pruebas de misiles como una forma de avanzar en su capacidad de defenderse en el caso de que Estados Unidos lleve a cabo cualquier tipo de ataque preventivo. Realmente no sabemos si son capaces de poner una ojiva nuclear en uno de estos misiles que pueden alcanzar Estados Unidos, pero de eso se trata, sólo quieren poner la presión sobre Estados Unidos, sobre el gobierno de Trump, para decir: “Necesitamos negociar algún tipo de acuerdo de paz”; porque se sienten amenazados.
Ahora mismo, la propuesta más viable sobre la mesa, que en estos momentos está siendo respaldada por China y Rusia pero que originalmente fue lanzada por los norcoreanos en 2015, era la de detener los ejercicios militares de Estados Unidos y Corea del Sur a cambio de congelar el programa nuclear norcoreano y el programa de misiles de largo alcance. Ese es el trato que debe considerarse seriamente, pero el gobierno de Trump no lo acepta. En realidad, la única manera en la que los estadounidenses podemos interpretar el hecho de no aceptar y no considerar seriamente esta propuesta es pensando que valoramos más los ejercicios militares que el congelamiento del programa nuclear de Corea del Norte. Así que pienso que el mensaje de Corea del Norte a Estados Unidos es: “Queremos negociar y vamos a hacer todo lo que esté en nuestro poder para defender nuestro país y nuestra soberanía ante cualquier tipo de ataque preventivo del gobierno de Trump”.
AMY GOODMAN: Esta mañana, el presidente Trump tuiteó: “El comercio entre China y Corea del Norte creció casi un 40% en el primer trimestre [de este año]. Menos mal que China iba a trabajar con nosotros… ¡pero había que intentarlo! ” Ese fue el tweet que Trump esta mañana. Como hemos informado anteriormente, el presidente de China, Xi Jinping, visitó Rusia y se reunió con Vladimir Putin para celebrar una cumbre de dos días que terminó ayer. Pidieron tanto a Estados Unidos como a Corea del Sur que cesen sus extensos ejercicios militares conjuntos y que Estados Unidos cancele de inmediato el despliegue del sistema de misiles THAAD. Curiosamente, el presidente surcoreano había criticado a Estados Unidos en junio diciendo que ni siquiera se le había comunicado que cuando él era ya presidente Estados Unidos había colocado en el país más baterías de misiles para el sistema THAAD.
CHRISTINE AHN: Eso es cierto. Desafortunadamente, debido a la enorme presión económica, política y militar que Estados Unidos ejerce sobre Corea del Sur —Estados Unidos ejerce un control operacional sobre la Corea del Sur similar al que se ejercería en un periodo de guerra— desafortunadamente, el presidente Moon Jae-in, a pesar de que Corea del Sur es la décima mayor potencia militar y la undécima mayor economía del mundo, se ve obligado a mantener este tipo de relación clientelar con Estados Unidos. Por lo tanto, Moon Jae-in tiene que mantener esta amable posición [ante Estados Unidos], aunque tenga un enorme respaldo del pueblo coreano y un 80 % de popularidad. Él ha paralizado el despliegue de estas baterías de misiles, pero, por desgracia, no estoy segura de que tenga el coraje para rechazarlo.
Recientemente se ha celebrado una conferencia de la Red de Paz de Corea en Washington, DC, en la que participó el exsecretario de Defensa Bill Perry, y en la que fue cuestionado sobre el sistema de defensa antimisiles THAAD. Perry básicamente dijo: “Eso no ayudará a proteger a los surcoreanos”. Además, el sistema de defensa antimisiles es cuestionable en sí mismo. Está claro que no protegerá a Corea del Sur, está ahí para proteger las bases de Estados Unidos en la región. Si los surcoreanos quieren retirarlo, deberían tener el derecho de hacerlo, pero, lamentablemente, no creo que el gobierno de Trump comparta este punto de vista. Sabemos que son un gobierno que se dedica a acosar al resto del mundo, mi esperanza era que Corea del Sur se levantara en contra, de la misma manera que Alemania, Francia, Australia y otros aliados históricos de Estados Unidos lo han hecho, diciendo: “Esto no es beneficioso para el pueblo de Corea del Sur y su seguridad. Tenemos el derecho de defender nuestro país de la manera que creemos que haría avanzar la paz en la Península Coreana”.
Y el pueblo surcoreano quiere un compromiso entre las dos coreas. Tal vez eso sea lo positivo que salió de la cumbre entre Moon Jae-in y Trump, que presidente Moon se marchara con algún tipo de aprobación, o visto bueno, del gobierno de Trump. Es una locura pensar que estamos en 2017 y que Corea del Sur tiene que pedir permiso para eso. Pero al menos es con lo que se fue. Se fue con la aprobación del gobierno de Trump para proseguir el diálogo intercoreano. Y con suerte lo lograrán. Pero si simplemente siguen la línea del gobierno de Trump sobre Corea del Norte, no van a llegar muy lejos.
AMY GOODMAN: ¿Cuáles son sus preocupaciones sobre el lanzamiento del misil balístico intercontinental norcoreano, el ICBM?
CHRISTINE AHN: Nosotros no queremos que ningún ICBM ataque a Estados Unidos, pero nunca he visto indicación alguna de que Corea del Norte vaya a usarlo de manera ofensiva o preventiva. Sólo lo harían en reacción a cualquier tipo de ataque inicial de Estados Unidos.
Y lo que es muy desalentador es que, de nuevo, volviendo a lo que dijo Bill Perry, él nos recordó que a finales de los años noventa, sobre el año 1998, al final del gobierno de Clinton, perdón, sobre los años 1999-2000, estábamos muy cerca de congelar el programa… Bueno, de hecho ya se había congelado el programa nuclear de Corea del Norte, pero se había enfocado básicamente en detener su programa de misiles. Y todo lo que Corea del Norte quería a cambio era algún tipo de pacto de no agresión, ni siquiera un tratado de paz. Y estaban muy cerca de lograrlo. El número dos bajo Kim Jong-il había venido a la Casa Blanca. Se reunió con Bill Clinton. Y Clinton iba a ir a Corea del Norte, pero desafortunadamente, debido a lo que pasó en Florida en las elecciones presidenciales entre Bush y Gore, ya sabe, no fue capaz de hacerlo. Cuando el gobierno de Bush llegó al cargo, hay que recordar que fue la doctrina preventiva lo que realmente hizo abandonar a los norcoreanos, y viendo lo que pasó en Irak, viendo lo que pasó en Afganistán, y posteriormente en Libia, entendieron que tenían que hacer lo que fuera necesario para defender su país. Por desgracia, eso incluye el desarrollo de armas nucleares y tener algún tipo de capacidad de lanzamiento a través de un misil de largo alcance, para atacar a Estados Unidos. Esto es una manera de conseguir que Estados Unidos se siente en la mesa de negociación. Esa es la triste realidad, pero ahí es donde estamos.
Y cualquier experto con experiencia en Corea, desde oficiales militares hasta antiguos diplomáticos… hay una carta del exsecretario de Estado Shultz, apoyada por miembros de ambos partidos. ¿Quién más estaba en esa carta? Bill Perry firmó la carta. La carta era para Donald Trump, y decía que la diplomacia y la negociación eran el único camino a seguir con los norcoreanos. Así que antes de que realmente tengan la capacidad de atacar a Estados Unidos tenemos que negociar algún tipo de acuerdo.
AMY GOODMAN: Christine Ahn, queremos agradecerle el haber estado con nosotros, fundadora y coordinadora internacional de Women Cross DMZ, un movimiento mundial de mujeres movilizándose por la paz en Corea, del Norte y del Sur. Esto es Democracy Now!, democracynow.org. Regresamos en un minuto.
Traducido por Rubén Gómez. Editado por Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.