El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó renuentemente una ley para imponer nuevas sanciones contra Rusia con respecto a la anexión de Crimea y la supuesta interferencia en las elecciones de Estados Unidos en 2016. El proyecto de ley se aprobó por una amplia mayoría de legisladores, por lo que no fue posible vetarlo. La ley también impone sanciones más severas contra Corea del Norte e Irán. En una declaración durante su firma, Trump dijo que el proyecto de ley sobre las sanciones tenía grandes fallas y que algunas de sus partes restringían sus facultades ejecutivas de manera inconstitucional. En la Organización de las Naciones Unidas, el embajador ruso, Vasily Nebenzya, negó que su país haya interferido en las elecciones de Estados Unidos y afirmó que Rusia permanecería indoblegable con respecto a las sanciones.
Vasily Nebenzya: “Realmente me pregunto: ¿hay algo en este mundo de lo que Rusia no sea culpable hoy en día? Algunos funcionarios estadounidenses dijeron que este proyecto de ley podría alentar a Rusia a colaborar con Estados Unidos. Para mí, es una forma extraña de alentar a alguien”.
El primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, dijo en Twitter que la promulgación de Trump ponía fin a la esperanza de mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.