En medio de una “devastación inimaginable el gobierno de Estados Unidos está ignorando a Puerto Rico”

Original en Español27 de septiembre de 2017
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    Han pasado seis días desde que el huracán María azotó Puerto Rico, dejando a su paso a más de tres millones y medio de ciudadanos estadounidenses sin el abastecimiento necesario de comida, agua y combustible. La tormenta de categoría cuatro provocó cantidades de lluvias sin precedentes e inundaciones catastróficas que destruyeron las líneas de electricidad y dejaron a toda la isla a oscuras. Las autoridades han advertido que algunas áreas podrían permanecer hasta seis meses sin electricidad. Para ampliar el tema nos acompaña Yarimar Bonilla, profesora asociada de antropología y de estudios sobre el Caribe de la Universidad de Rutgers, y académica visitante de la Fundación Russell Sage. Yarimar acaba de publicar un artículo en The Washington Post titulado: ¿Por qué alguien en Puerto Rico podría querer un huracán? Porque alguien va a hacerse rico. Yarimar es una de las fundadoras del sitio Web Puerto Rico Syllabus.

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    Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

    AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracy Now.org, el informativo de guerra y paz, soy Amy Goodman. Han pasado seis días desde que el huracán María azotó Puerto Rico, dejando a su paso a más de tres millones y medio de ciudadanos estadounidenses sin el abastecimiento necesario de comida, agua y combustible. La tormenta de categoría cuatro provocó cantidades de lluvias sin precedentes e inundaciones catastróficas que destruyeron las líneas de electricidad y dejaron a toda la isla a oscuras. Las autoridades han advertido que algunas áreas podrían permanecer hasta seis meses sin electricidad.

    Al menos 13 personas han muerto hasta el momento. La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, dijo: “Lo que estamos viendo en este momento es que las secuelas del huracán son mucho más horribles que el paso del huracán mismo”. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, ha solicitado más ayuda del gobierno para evitar una catástrofe humanitaria, especialmente en el interior de la isla y en áreas donde la ayuda humanitaria aún no ha llegado.

    Escuchemos los testimonios de una residente de Toa Baja y del alcalde de la misma localidad, ubicada en la parte norte de la isla.

    YARILIN COLÓN: Estamos incomunicados. Yo no tengo teléfono. No tenemos nada. No tenemos suministros. En mi casa no tenemos agua. No hay gasolina. Las filas son enormes.

    BERNARDO MÁRQUEZ GARCÍA, ALCALDE DE TOA BAJA: Estamos en el proceso de irnos levantando, de irnos recuperando. En estos días hemos estado en la organización de nuestros recursos para poder llegar a la calle y empezar a traer lo fácil, el agua que tanto la gente necesita.

    AMY GOODMAN: Mientras la crisis en Puerto Rico se hacía cada vez más evidente durante el fin de semana, el presidente estadounidense, Donald Trump, evitó pronunciarse al respecto y por el contrario se dedicó a criticar a los jugadores que se habían unido a un creciente movimiento de protesta contra la injusticia racial, que fue iniciado por Colin Kaepernick, ex mariscal de campo de los San Francisco 49ers. Donald Trump tardó cinco días en hablar sobre la situación en Puerto Rico, y lo hizo con unos comentarios que algunos criticaron por su falta de empatía. En una serie de mensajes publicados en Twitter Trump parece culpar a Puerto Rico por su situación actual.

    “Puerto Rico, que ya padecía por tener una infraestructura precaria y una deuda enorme, está en serios problemas… su viejo sistema de electricidad, que estaba terriblemente deteriorado, ha sido devastado. Gran parte de la isla fue destruida, y deben miles de millones de dólares… a Wall Street y a los bancos, y tristemente tendrán que lidiar con esto. Las principales prioridades son comida, agua, asistencia médica, y se está haciendo un buen trabajo”, escribió Trump. Estos acontecimientos se presentan al tiempo que Trump continúa sin visitar Puerto Rico, incluso después de haber viajado a Texas y Florida tras el paso de los huracanes Harvey e Irma.

    En éste momento, en Puerto Rico los hospitales que fueron inundados dependen de generadores de diesel para mantener a sus pacientes vivos, y alrededor de 70.000 personas han recibido órdenes de evacuar las áreas cercanas a la represa de Guajataca, que sufrió daños por el huracán y está en riesgo de colapsar “en cualquier momento”.

    Para ampliar el tema nos acompaña Yarimar Bonilla, profesora asociada de antropología y de estudios sobre el Caribe de la Universidad de Rutgers, y académica visitante de la Fundación Russell Sage. Yarimar acaba de publicar un artículo en The Washington Post titulado: “¿Por qué alguien en Puerto Rico podría querer un huracán? Porque alguien va a hacerse rico”. Yarimar es una de las fundadoras del sitio Web “Puerto Rico Syllabus”.

    Bienvenida a Democracy Now! Háblenos sobre la devastación que está sufriendo Puerto Rico.

    YARIMAR BONILLA: La devastación es inimaginable, no hay un pueblo en Puerto Rico que no haya sido afectado por la tormenta, todos están sin luz, sin agua, las carreteras bloqueadas, las personas se habían preparado para dos o tres días de poder alimentarse, de tener agua para tomar, pero ya va casi una semana que no han tenido ningún acceso, ninguna ayuda del gobierno de Estados Unidos. Los que están en los refugios sí están recibiendo ayuda, pero los que están en sus casas no.

    AMY GOODMAN: Estamos hablando de que Puerto Rico se encuentra sin suministro eléctrico en este momento, y de que su red eléctrica ya había dejado de funcionar tras el paso del huracán anterior, que ni siquiera golpeó la isla. ¿Cuál es el impacto de todo esto?

    YARIMAR BONILLA: El sistema de electricidad de Puerto Rico ya estaba muy debilitado después de más de una década a falta de mantenimiento y a causa de la crisis económica, entonces primero vino Irma y le dió un impacto bien fuerte y ahora vino después María y lo tumbó por completo. Y entonces dicen que se va a tardar, para el huracán Hugo se tardó creo que dos o tres meses, para George hubo gente que no tuvo electricidad por cuatro o cinco meses. Dicen que para este huracán pueden estar seis meses hasta que se restaure la electricidad para todo Puerto Rico.

    AMY GOODMAN: Estamos transmitiendo desde la ciudad de Nueva York, en donde se estima que un 10% de los residentes son puertorriqueños, alrededor de 700.000 personas, muchos de lo cuales continúan intentando comunicarse con sus seres queridos desde el paso del huracán María, que según fuentes oficiales causó daños en la isla por un valor de hasta diez mil millones de dólares, algo mucho peor que lo ocurrido en Florida y Texas. Algunas personas han organizado un centro de llamadas en el Instituto de la Familia de Puerto Rico, donde voluntarios ofrecen asistencia y tratan de poner en contacto a residentes en Nueva York con sus familiares en la isla.

    LUIS ALFREDO DEL VALLE: Mi nombre es Luis Alfredo del Valle Collazo, soy puertorriqueño, nacido en Ponce, viviendo aquí en Nueva York. Estoy aquí en el Puerto Rican Family Institute. He estado de voluntario aquí todo el día hoy y un poco el sábado. Básicamente haciendo una base de datos de todos los familiares incomunicados en Puerto Rico y tratando de comunicarlos con los familiares que están fuera de la isla. La situación en Puerto Rico está bien severa, es una crisis humanitaria. Hay mucha gente sin agua, sin luz. La mayoría del país está sin comunicación. Necesitamos ayuda. Les estaba diciendo que parece que cuando los Estados Unidos van alrededor del mundo a crear, o a buscar, o a resolver conflictos, como le quieran decir, son rápidos en enviar sus recursos para reconstruir puentes, para reconstruir torres de comunicación. Nosotros somos ciudadanos americanos, lo hemos sido por más de cien años, no es mucho pedir que envíen el ejército, que envíen a la marina, lo que puedan, para que haya resultados lo más pronto posible.

    MELVIN AUDAZ: Mi nombre es Melvin Audaz. Estoy aquí porque estamos ayudando a Puerto Rico en lo que podamos. Nosotros estamos aquí en la diáspora, y para quedarnos en casa sin hacer nada, lo más importante, yo creo, es dar lo que podamos. Yo me enteré de esto gracias a las redes sociales, y voy a estar aquí todos los días porque toda mi familia está por ahí en Puerto Rico, y si no puedo ayudarlos físicamente estando allí, lo mejor que puedo hacer es enviarles todo lo que pueda, y obviamente todos estamos aquí por lo mismo. Nos rompe el alma, pero lo mejor que podemos hacer es dar de nuestra labor, dar de nuestro tiempo.

    TOMASITA MALAVÉ-BOLET: Mi nombre es Tomasita Malavé-Bolet, yo vivo aquí en Nueva York, pero tengo familia en Florida, Puerto Rico, aquí. Florida, Puerto Rico. Y lo que me temo es que es un pueblo tan y tan adentro de la isla que no ha llegado agua, y ya no van a tener agua para mañana, no van a tener comida para mañana. Así que yo estoy apelando a ustedes y a Estados Unidos, al que pueda, por lo menos, llegar aquí a Florida, Puerto Rico, municipio 78. Es una isla, la isla está rodeada de agua, pedimos que, por favor, entren por aquí, por Barceloneta, entren por Arroyo, entren por Ponce, hay aeropuertos en la isla. Entren y ayuden a esa isla. Yo no me he comunicado con nadie. Tengo a mi mamá en el hospital y yo no sé cómo está ella. Así que estoy muy preocupada. Le apelamos al presidente de Estados Unidos, que votamos por él, lo pusimos en poder. Haz algo, Donald Trump.

    AMY GOODMAN: Estas son algunas de las voces de los puertorriqueños residentes en Nueva York. Yarimar Bonilla, la última mujer que escuchábamos, tiene una hija sirviendo en el Ejército, y sabemos que el número de puertorriqueños sirviendo en el Ejército estadounidense es desproporcionadamente alto. Mucho más alto que el de cualquier otra zona de Estados Unidos, y ellos mismos están diciendo: ¿Dónde está la ayuda ahora? También escuchamos al joven Luis, que dice que cuando Estados Unidos invade un país lleva más ayuda que la que Puerto Rico está recibiendo ahora.

    YARIMAR BONILLA: No, es devastador, imagínese que estén pidiendo una invasión militar, eso muestra la falta de ayuda que hay ahorita en Puerto Rico y los puertorriqueños en Estados Unidos estamos desesperados. No podemos hablar con nuestros familiares y también tenemos la comparación con las personas que están viendo lo que está pasando en México, los latinos en Estados Unidos ahora mismo estamos sufriendo por todos partes. La amenaza a DACA, el terremoto en México, la devastación del huracán en Puerto Rico. Por lo menos los que tienen familiares en México pueden llamarles y saber lo que está pasando, pero los puertorriqueños en Estados Unidos estamos sufriendo y descomunicados de nuestros familiares.

    AMY GOODMAN: La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés) dice que tiene a 10.000 personas trabajando en Puerto Rico, ¿qué puede decir de la respuesta de la FEMA, la Cruz Roja, etcétera?

    YARIMAR BONILLA: Las personas dicen que esa ayuda no se ve, quizá haya algunos en el área metro, en San Juan, pero en el área de las montañas, en el centro de la isla, no ha llegado nadie a ayudar. Hay algunos reporteros de la prensa local y también de la prensa Estados Unidos que han llegado a algunos pueblos del centro. En el Washington Post salió un artículo de una familia que está esperando en una casa que no tiene techo que están con un poco de electricidad en el generador, y les queda un poco de gasolina para una señora que es diabética, que tiene que tener su insulina refrigerada, una niña que tiene asma, que necesita su terapia de respiración y ellos no han recibido ninguna ayuda del gobierno y no pueden llamar para pedir ayuda, no tienen gasolina para salir de sus casas, la gente está atrapada.

    AMY GOODMAN: Puede hablar acerca del estatus de Puerto Rico y cómo afecta este a la ayuda o la falta de ayuda que están recibiendo ahora, y compárelo con las demás islas del Caribe, como lo hace en su artículo de The Washington Post.

    YARIMAR BONILLA: La isla del Caribe que son independientes también han sufrido una devastación increíble, Dominica, Antigua, esas islas están devastadas. Por lo menos los otros vecinos del Caribe están ayudando y aún las islas que son francesas como San Martín y Guadalupe han recibido mucha ayuda del gobierno francés, pero el gobierno de Estados Unidos está ignorando a Puerto Rico, no ha mandado casi ninguna ayuda y los reporteros que han estado siguiendo FEMA preguntan: dónde está la ayuda, ven algunas botellitas de agua, pero no suficiente para un país entero que está sufriendo.

    AMY GOODMAN: Entonces, ¿pueden otros países mandar ayuda a Puerto Rico?

    YARIMAR BONILLA: La ley Jones limita que lleguen barcos que no sean americanos a los puertos de Puerto Rico y eso lo hace bien difícil porque no pueden llegar personas a suplir las tiendas, a suplir las necesidades de las personas, y aún lo que está en las tiendas mucha gente no lo puede comprar, porque en los bancos no se puede retirar dinero porque los cajeros automáticos no funcionan sin electricidad. Pero también hay mucha gente que no ha recibido dinero, no han podido trabajar desde Irma, no han recibido ningún cheque y no tienen dinero en el banco para sacar.

    AMY GOODMAN: Es muy interesante que en Texas, por ejemplo, están retirando las regulaciones de la Agencia de Protección del Ambiental para beneficiar a las refinerías de petróleo, exentándolas del cumplimiento de esas regulaciones durante momento de crisis. Sin embargo no se está discutiendo la anulación de la ley Jones para que otros países puedan ayudar a Puerto Rico.

    YARIMAR BONILLA: No, el gobierno dijo explicitamente que no se iba a levantar el Jones Act, que no hacía falta, que con lo que está proporcionando Estados Unidos es suficiente. Y Trump dijo anoche que la deuda se va a pagar, que no se van a hacer ningunas excepciones para Puerto Rico.

    AMY GOODMAN: Pero también explique cómo por eso mismo los productos son más caros dentro de Puerto Rico, no se trata solamente de los barcos y envíos de ayuda humanitaria.

    YARIMAR BONILLA: Claro, no se trata solamente de la ayuda y las donaciones también se trata de las cosas que la gente quiere comprar, no estamos pidiendo que nos regalen sino que surtan las tiendas que se puedan conseguir comida y agua a precios que la gente pueda pagar, y si solamente se limita a un comercio con Estados Unidos en barcos aprobados por Estados Unidos todo eso infla los precios de los productos, y esto los saben todos los puertorriqueños que emigran a Estados Unidos y ven los precios de los mismos productos que compraban en Estados Unidos son mucho más baratos porque no han tenido que pagar los altos precios del transporte.

    AMY GOODMAN: Puede hablar acerca del estatus colonial de Estados Unidos y la respuesta del presidente Trump en sus tuits, aparentemente culpando a la gente de Puerto Rico, hablando acerca del deterioro de infraestructura, de la deuda y tranquilizando a los bancos.

    YARIMAR BONILLA: El presidente Trump básicamente lo que dijo es que los que tienen inversiones en Puerto Rico no se tienen que preocupar, que esa deuda se va a pagar. Que Puerto Rico está muy devastado y le van a mandar comida y agua pero que la deuda se va a pagar, y eso demuestra la incapacidad política que tiene Puerto Rico que no puede decir por sí mismo si su deuda es pagable o no, que lo dice trump si es pagable o no.

    AMY GOODMAN: ¿Qué cree que debería hacer ahora el gobierno de Estados Unidos?, y ¿describa cómo se están ayudando los puertorriqueños unos a otros?

    YARIMAR BONILLA: Claro, el espíritu puertorriqueño siempre continua y los que están ayudando en Puerto Rico como siempre pasa en todos los durante los desastres son los vecinos, los vecinos están compartiendo comida, están compartiendo agua, están compartiendo noticias. Mi mamá cambió una batería por un aguacate, así es que somos los puertorriqueños los que están abriendo las carreteras de sus casas, pero eso no es suficiente y hay un peligro de salud pública bien grande, las inundaciones no van a acabar por muchos meses y esa agua está estancada, contaminada, hace falta que venga el gobierno de Estados Unidos a limpiar, y sobre todo en sitios como Vieques donde la tierra ya estaba contaminada de tantos años de prácticas militares. Esa tierras contaminadas ahora están bajo el agua, y en lugares como Peñuela donde había unas cenizas tóxica que nos las taparon y se regaron por todos lados. Hay que venir a limpiar, a recoger a prever un desastre como el que hubo en Haití, que después del terremoto hubo la epidemia de cólera. Ahora en Puerto Rico pueden haber grandes epidemias si no se atiende esa situación crónica, sin hablar de que también hay muchas personas que tienen suficiente agua y comida, no tienen la posibilidad de ir a la tienda a comprar, no tienen dinero, ahora mismo sus necesidades básicas no están siendo cumplidas.

    AMY GOODMAN: Hable acerca de la inminente crisis de salud.

    YARIMAR BONILLA: Bueno, yo no soy experta en epidemiología, pero aún yo me puedo dar cuenta de lo que viene por ahí. Primero hay agua contaminada, cenizas tóxicas, aguas estancadas, alcantarillas que se están desbordando, que están entrando los desperdicios humanos en esa agua y hay gente caminando en esas aguas empozadas, exponiéndose a todos esos riesgo. Ya en Puerto Rico tuvimos una crisis del Zika bien fuerte y el Chikungunya que fué aún más fuerte, todas esas aguas pueden crear una nueva crisis.

    AMY GOODMAN: Hay algo más que quiera agregar no solo respecto del huracán que golpeó y devastó al país, sino de este huracán geopolítico que en estos momentos está evitando que Puerto Rico se recupere. Ni siquiera hay electricidad en la isla.

    YARIMAR BONILLA: Hay que entender que Puerto Rico ya estaba en una crisis en un estado de emergencia total antes de este huracán, los remedios que se utilicen ahora tienen que atender esa crisis más amplia, no solamente se puede enfocar en lo que ha pasado con el huracán. Al momento de reconstruir hay que poner a la gente de Puerto Rico a trabajar no que solamente se lucren las compañías exteriores de la devastación y la miseria que hay en Puerto Rico ahora mismo. Hay que buscar una forma de reconstruir de otra manera, usando energía solar, energía renovable. Hay que repensar la economía también. Como tu puedes tener un pueblo donde la mayor parte de las personas viven en una precariedad económica increíble, todo eso hay que tomarlo en cuenta, y también hablando de proteger las estructuras porque con el cambio climático van a venir más huracanes como este. Así que todo eso hay que tomarlo en cuenta y no simplemente pensar en el ahora y mucho menos pensar en la oportunidad publicitaria de los políticos en este momento.

    AMY GOODMAN: Finalmente, ¿qué puedes decir de eso?, de la actuación del presidente de Estados Unidos, y de Puerto Rico como territorio de Estados Unidos, como territorio autónomo. El presidente de Estados Unidos niega el cambio climático. ¿Cómo influye esto en lo que está pasando ahora en Puerto Rico?

    YARIMAR BONILLA: Increíble como podemos hacer un reclamo nosotros que somos de los que menos hemos aportado, porque somos un país pequeño, a esta destrucción ambiental y somos los primeros en ser impactados y devastados, y eso es cierto en todo el Caribe. Todo el Caribe está increíblemente expuesto a todos estos cambios climáticos, y también, entre las presiones que podemos poner, podemos ponerle presión a Trump para que entre en diálogos internacionales sobre estos cambios climáticos y deje de negar que son una realidad.

    AMY GOODMAN: Yarimar Bonilla, académica puertorriqueña que ha publicado un artículo en The Washington Post titulado: “¿Por qué alguien en Puerto Rico podría querer un huracán? Porque alguien va a hacerse rico”. Enlazaremos al artículo en nuestro sitio Web, democracynow.org/es. La profesora Bonilla es una de las fundadoras del sitio web “Puerto Rico Syllabus”, además de profesora adjunta de antropología y estudios del Caribe en la Universidad de Rutgers, y académica visitante de la Fundación Russell Sage. Para ver nuestra conversación con Yarimar Bonilla en inglés puede ir a la página Web democracynow.org. Soy Amy Goodman, muchas gracias por acompañarnos.

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