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El senador republicano Jeff Flake, de Arizona, iba camino a emitir su voto poco después de anunciar su intención de confirmar al candidato de Trump para la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, cuando dos mujeres sobrevivientes de ataques sexuales lo abordaron en un ascensor. Las mujeres mantuvieron la puerta del ascensor abierta y le dijeron con lágrimas a Flake que este no estaba teniendo en cuenta el dolor de ellas. Poco después, Flake sorprendió a sus colegas del Comité de Asuntos Jurídicos del Senado al proponer la candidatura de Kavanaugh, pero pedir que el FBI haga una investigación antes de la votación en el pleno del Senado. El presidente Trump ahora ordenó que el FBI inicie una investigación de Kavanaugh. Para saber más de este tema, hablamos con Ana María Archila. Archila es una de las mujeres a las que se les atribuye haber demorado la confirmación de Kavanaugh.
Transcripción
AMY GOODMAN: El pasado viernes 29 de septiembre fue un día dramático que comenzó con el Comité Judicial del Senado, controlado por los republicanos, planeando aprobar la nominación del candidato a la Corte Suprema Brett Kavanaugh, y terminó con un aplazamiento de la votación definitiva por una semana para que el FBI investigue la acusación de la doctora Christine Blasey Ford de que Kavanaugh intentó violarla cuando ambos eran estudiantes de secundaria.
El presidente Trump ordenó la investigación del FBI el viernes, luego de que el senador republicano de Arizona Jeff Flake sorprendiera a sus colegas del Comité Judicial al acordar que votaría a favor la nominación de Kavanaugh solo si se realizaba una investigación. El comité votó 11 contra 10 a favor de que la nominación de Kavanaugh sea tratada en el Senado después de que concluya la investigación del FBI.
The New York Times ha informado que la investigación podría terminar el próximo lunes e indica que la Casa Blanca y los senadores republicanos ordenaron al FBI entrevistar a sólo cuatro personas: Mark Judge y P.J. Smyth, amigos de la escuela de Kavanaugh; Leland Keyser, amiga de la escuela de la doctora Christine Blasey Ford; y Deborah Ramírez, otra de las mujeres que ha acusado al juez. Tres mujeres han acusado públicamente a Brett Kavanaugh de conducta sexual inadecuada. Él ha negado todas las denuncias en su contra.
Comenzamos el programa de hoy con una de las dos mujeres a las que se le atribuye haber retrasado la confirmación de Brett Kavanaugh. El senador republicano Jeff Flake de Arizona estaba en camino a emitir su voto en el Comité Judicial del Senado, poco después de anunciar sus intenciones de votar a favor del candidato a la Corte Suprema de Trump, Brett Kavanaugh, cuando fue confrontado en el ascensor por dos mujeres sobrevivientes de agresiones sexuales. Las mujeres mantuvieron la puerta del ascensor abierta, diciéndole a Flake, entre lágrimas, que estaba ignorando su dolor.
ANA MARÍA ARCHILA: Senador Flake, ¿cree que Brett Kavanaugh está diciendo la verdad? ¿Cree que él es capaz de asumir el dolor de este país y repararlo? Esa es la función de la Justicia. Así es como funciona. Primero se reconoce el daño. Después se responsabiliza de ello y luego se comienza a repararlo. Usted le está permitiendo a alguien que no está dispuesto a responsabilizarse de sus propias acciones, ni a reconocer el daño que le ha hecho a una mujer, en realidad a tres mujeres, y ponerle fin y repararlo. Está permitiendo que alguien que no está dispuesto a asumir la responsabilidad de sus propias acciones se siente en el más alto tribunal de Estados Unidos, y tenga el deber de reparar el daño que se ha hecho a muchas personas en este país.
MARIA GALLAGHER: Eso es lo que les está diciendo a todas estas mujeres. Eso es lo que me está diciendo en este momento. Míreme cuando le hablo. Me está diciendo que la agresión de la que fui víctima no importa, que lo que me sucedió a mí no importa y que va a dejar que la gente que hace estas cosas esté en el poder. Eso es lo que me está diciendo cuando vota por él. No aparte la mirada. Míreme y dígame que no importa lo que me haya pasado, que permitirá que personas así ingresen a la corte de mayor importancia del país y les digan a todas lo que pueden hacer con sus cuerpos.
AMY GOODMAN: Acabamos de escuchar a Maria Gallagher y Ana María Archila, las dos mujeres que enfrentaron al Senador Flake. Poco después, en un sorprendente cambio de opinión, el Senador Flake anunció a sus colegas del Comité que solicitaba un retraso en la votación Senado, aunque votó para confirmar a Kavanaugh en el Comité Judicial. La votación fue de 11 contra 10. Todos los republicanos votaron a favor, y todos los demócratas, en contra.
SEN. JEFF FLAKE: He estado dialogando con varias personas del sector demócrata. Hemos mantenido conversaciones durante un tiempo para asegurarnos de seguir el debido proceso en este caso. Creo que sería apropiado retrasar el voto en el Senado por no más de una semana para permitir que el FBI haga una investigación, limitada en tiempo y alcance, de las acusaciones actuales, que no se extendería más de una semana. Bajo ese entendimiento, votaré para que la propuesta de nominación avance al Senado.
AMY GOODMAN: Para más, nos acompaña en nuestro estudio en Nueva York Ana María Archila, una de las dos mujeres que se enfrentó al senador Flake. Ella es co-directora ejecutiva del Centro para la Democracia Popular. Enfrentó a Flake junto con la activista y sobreviviente de agresión sexual Maria Gallagher, y escribió sobre su experiencia en una columna publicada en USA Today, titulada: “Confronté a Jeff Flake respecto a Brett Kavanaugh. Sobrevivientes como yo no aceptaremos la injusticia”. Cuéntenos lo que ocurrió el viernes a la mañana.
ANA MARÍA ARCHILA: En viernes por la mañana decidí ir al edificio del Senado en Washington DC a reunirme con varias personas que habían estado protestando contra la nominación de Brett Kavanaugh, y en el lobby del edificio conocí a una joven, María Gallagher, que estaba allí por primera vez. Ella fue por iniciativa propia para participar quizás en algunas de las protestas que estaban ocurriendo o que estaban planeadas para ese día. Teníamos como una media hora antes de que empezara la la reunión del Comité Judicial y decidimos ir a visitar juntas al senador Jeff Flake. Yo había estado en la oficina del senador unos días antes y al frente de su oficina, frente a cientos de personas, había compartido mi historia de abuso sexual por primera vez. Decidí acompañar a María a visitar al senador Flake. Reconocí que ella era una nueva activista y quería acompañarla. Pasamos alrededor de 20 o 30 minutos al frente de la oficina del senador. Yo realmente no tenía la certeza de que íbamos a poder hablar con él, pero soy una organizadora y sé que las batallas, estas peleas, las tenemos que pelear hasta el último minuto. Mientras María y yo estábamos esperando a ver si el senador Flake salía de su oficina, nos enteramos que él acababa de pronunciar un comunicado donde decía que estaba listo para apoyar la nominación de Brett Kavanaugh a la Corte Suprema. María y yo reaccionamos de una manera muy emocional, y en ese momento salió el senador Flake de su oficina corriendo hacia el ascensor con sus asistentes. La prensa corrió detrás de él y nosotras corrimos detrás de la prensa, y logramos mantener la puerta del ascensor abierta. Y logramos, en ese momento, hacer que el senador Flake sintiera en su propio cuerpo, en su en su carne propia, el dolor, la frustración y la rabia que sentimos muchas mujeres y muchas víctimas de violencia sexual en este momento.
AMY GOODMAN: ¿Y cuál fue la respuesta de Flake?
ANA MARÍA ARCHILA: El senador estaba muy silencioso, como con mucha dificultad, incómodo en su cuerpo, diciéndonos: “gracias, me tengo que ir; me tengo que ir, gracias”. Y nosotras estábamos como exigiéndole a él que se conectara, que nos escuchara. Yo le dije: “Usted tiene hijos, yo tengo hijos, ¿qué mensaje le está enviando a esos hijos? ¿Cómo se siente usted pensando en que en las próximas décadas vamos a tener a alguien acusado de violencia sexual hacia una niña [en la Corte Suprema]? ¿Qué está haciendo senador?”.
AMY GOODMAN: Las otras mujeres que estaban en el elevador, no usted y María Gallagher, sino las otras mujeres que estaban al lado de él, ¿eran sus asistentes?
ANA MARÍA ARCHILA: Sí, ellas eran las asistentes del senador, estaban acompañándolo.
AMY GOODMAN: ¿Le dijeron algo ellas?
ANA MARÍA ARCHILA: No. Bueno, lo que nos decían era “tenemos que irnos, tenemos que irnos; por favor, tenemos que irnos”. Estaban tratando de terminar esa interacción, y nosotras estábamos tratando de hacerla durar.
AMY GOODMAN: ¿Cómo es que ellos lograron irse? Ustedes estaban bloqueando la puerta del elevador.
ANA MARÍA ARCHILA: Eventualmente el senador empezó a caminar hacia la puerta y como con su cuerpo poquito a poco fue creando un poquito más de espacio para él mismo. Y nosotras nos dimos cuenta de que la conversación estaba terminando y empezamos como a a salir del ascensor. Otras personas, otros activistas, que estaban protestando en la nominación llegaron y empezaron a gritarle desde afuera el senador. “Qué respuesta tiene”. “Por qué se opone a una investigación; el país se puede beneficiar de una investigación”. Entonces, el grupo se expandió y en ese momento finalmente María y yo salimos del ascensor y dejamos que se fuera.
AMY GOODMAN: ¿Era la primera vez que usted hablaba públicamente sobre la agresión sexual que sufrió? Y fue realmente público, le estaba hablando al mundo entero porque allí había cámaras. CNN estaba allí. ¿Sabía su familia sobre la agresión?
ANA MARÍA ARCHILA: La mayor parte de mi familia no sabía [sobre el abuso sexual]. Mi mamá sabía, yo le conté a ella unos 10-11 años después de que ocurrió. Pero nunca había hablado del tema con mi papá. Inmediatamente después de esa interacción con el senador Flake le envié un mensaje de texto a mi papá y le dije: “Tu vas a escuchar algo de lo que nunca hemos hablado. Quiero que sepas que estoy bien”. Yo no le había contado a mi papá porque tenía la certeza de que saber eso le iba a causar dolor. Tenía el miedo de que él se iba a sentir culpable de no haberme cuidado mejor o de que se iba a sentir responsable de mi experiencia. Y no es su culpa. Mi papá confirmó esos miedos. Me mandó un mensaje de texto diciendo: “Me siento muy triste por no haber podido cuidarte mejor”. Y yo le pude decir las palabras que no tenía cuando tenía cinco años. Le puede decir: “no es mi culpa y no es tu culpa, y me siento muy respaldada por ti”. Poder hablar con mi papá por primera vez eso me causó un gran alivio.
AMY GOODMAN: Cuál es la razón por la que muchas mujeres callan por tanto tiempo, esa ha sido una pregunta que ha estado rondando en el aire. Por qué esperan. Usted ha vivido eso.
ANA MARÍA ARCHILA: Sí, creo que es por el sentimiento de confusión, de culpa, de vergüenza, junto con la sensación o con la certeza que tenemos de que las personas que nos quieren van a sentir muchísimo dolor cuando se enteren. Todo eso hace que nosotras no queramos contar [nuestras historias de abuso sexual]. Además de la experiencia de que a veces contamos y no nos creen.
AMY GOODMAN: Ana María, qué sintió al hablarle al senador de Arizona, al que usted claramente hizo cambiar de opinión —al final él dijo que no votaría en el Senado por Kavanaugh a menos que el FBI investigara las acusaciones de Blasey Ford y posiblemente otras mujeres. Qué sintió cómo latina al hablar con el senador de Arizona, un estado fronterizo. En cierta forma, usted está marcando el futuro del país.
ANA MARÍA ARCHILA: El senador Flake ha sido uno de los pocos senadores republicanos que han estado dispuestos a apoyar a las comunidades inmigrantes en la lucha por tener un camino a la ciudadanía. Yo tengo aprecio por esa posición que él ha tenido. Pero después de esta interacción reflexionaba más acerca del rol que las mujeres latinas en particular estamos jugando en este momento de la historia, desde Emma González, líder de los jóvenes que están luchando en contra de la violencia de las armas, a Alexandria Ocasio Cortez, una mujer latina que fue elegida y ahora es el ícono de una nueva posibilidad, una nueva política de izquierda, y también las jóvenes que han liderado todos los las batallas por los derechos de los inmigrantes. Y mujeres como Marisa Franco, que son activistas que están hablando de todas las intersecciones de nuestra vida: nuestra identidad de género, nuestra identidad de raza y nuestra identidad sexual. Siempre mi trabajo ha sido el de expresar como nuestra humanidad completa, y en este momento siento que las mujeres latinas estamos ayudando a representar como esa idea de la intersección.
AMY GOODMAN: Muchas personas la están llamando héroe, una heroína de nuestro tiempo, a María Gallagher también, por confrontar al senador Flake. ¿Qué piensa sobre eso?
ANA MARÍA ARCHILA: Creo que todos tenemos la capacidad de ser héroes. De hecho, llevo casi un año entero trabajando en un proyecto junto con activistas por el seguro de salud que invitan a las personas a que sean héroes. Mi compañero de trabajo Ady Barkan creó un proyecto que se llama “Be a Hero”, sé un héroe, y muchos de las personas que estaban en ese día en las oficinas del Senado fueron inspirados por el activismo de Ady Barkan. Los héroes somos todos nosotros juntando nuestros poderes, usando nuestras voces y creyendo en la posibilidad de que juntos podemos cambiar la historia.
AMY GOODMAN: Ana María, le agradezco por estar hoy con nosotros. Ella es co-directora del Centro por una Democracia Popular y, junto a María Gallagher, enfrentó al senador republicano Jeff Flake de Arizona en un elevador justo después de que él anunciara que iba a apoyar la nominación del juez Kavanaugh a la Corte Suprema. Luego de que ellas lo enfrentaran, Flake sí votó a favor de Kavanaugh en el Comité Judicial del Senado, pero dijo que no lo haría de nuevo en el voto final a menos que el FBI reabra una investigación sobre las acusaciones en contra del juez. Esto es Democracy Now. Para ver la entrevista en inglés visite democracynow.org. Soy Amy Goodman. Muchas gracias por seguirnos.
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