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Mientras el número de víctimas fatales provocadas por el incendio Camp asciende a 77, el estado de California está combatiendo el incendio más trágico de su historia usando mano de obra presidiaria. Cerca de 1.500 de los 9.400 bomberos que actualmente están combatiendo las llamas en California son reclusos. Ganan apenas un dólar la hora, pero casi nunca consiguen trabajo de bomberos cuando recuperan la libertad. De acuerdo a algunas estimaciones, el estado de California ahorra hasta cien millones de dólares al año con el empleo de mano de obra presidiaria para combatir su mayor problema ambiental. En septiembre, el equipo de Democracy Now! viajó al Campamento de Conservación Delta, una cárcel de baja seguridad ubicada a una hora aproximadamente al norte de San Francisco, donde hay más de cien presos.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que les hicimos (en inglés) a los reclusos bomberos que acababan de regresar de un turno de 24 horas tras combatir el incendio Snell en el condado de Napa.