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A pesar de la abrumadora evidencia existente de que el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado por orden del príncipe heredero de la corona saudí Mohammed bin Salman, el presidente estadounidense Donald Trump expresó su apoyo a Arabia Saudí el martes, con una extraordinaria declaración escrita. El texto, lleno de signos de exclamación, se subtitula “Primero Estados Unidos” y dice: “Podría ser que el príncipe heredero tuviera conocimiento de este trágico evento; ¡quizás lo sabía y quizás no! Dicho esto, tal vez nunca sepamos todos los hechos que rodean al asesinato del Sr. Jamal Khashoggi. En cualquier caso, nosotros mantenemos una relación con el reino de Arabia Saudí”. Esta declaración de Trump fue publicada luego de que el periódico The Washington Post informara, el viernes pasado, que la CIA sabe con “gran seguridad” que el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman ordenó el asesinato de Jamal Khashoggi. Si bien funcionarios saudíes han intentado desestimar la importancia de la muerte de Khashoggi, mostrándolo como un caso inusual de asesinato no autorizado, un informe reciente del periódico The New York Times sugiere que, desde el comienzo del mandato del príncipe heredero Mohammed bin Salman, el reino ha buscado contratar empresas privadas para asesinar a cierta gente percibida como enemiga.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con el periodista de investigación israelí que colaboró en la difusión de esta noticia, Ronen Bergman, autor del libro “Rise and Kill First: The Secret History of Israel’s Targeted Assassinations” (Levántate y mata primero: la historia secreta de los asesinatos selectivos de Israel). Ronen Bergman es redactor de la revista The New York Times y corresponsal principal sobre seguridad nacional del periódico Yedioth Ahronoth. Su artículo sobre este tema en el periódico The New York Times se titula: “Saudis Close to Crown Prince Discussed Killing Other Enemies a Year Before Khashoggi’s Death” (Saudíes cercanos al príncipe heredero consideraban asesinar a otros enemigos un año antes de la muerte de Khashoggi).