El martes, los taxistas de la ciudad de Nueva York hicieron una vigilia en honor a Douglas Schifter, el taxista que se suicidó frente al edificio de la municipalidad el lunes a la mañana, tras hacer una extensa publicación en Facebook. En dicha publicación, Schifter denunciaba a los políticos locales y las aplicaciones financiadas por Wall Street, como Uber, por provocar su ruina financiera. Schifter escribió “Trabajé entre cien y ciento veinte horas seguidas casi todas las semanas durante los últimos catorce años o más. Cuando se inició la industria, en el año 1981, trabajaba un promedio de cuarenta a cincuenta horas. ¡No puedo sobrevivir más trabajando ciento veinte horas! No soy un esclavo y me rehúso a serlo… Parece haber una fuerte preferencia del alcalde y el gobernador por Uber, empresa que, se sabe, es mentirosa, tramposa y ladrona”. En los últimos cinco años, el número de autos para alquilar aumentó más del doble en la ciudad, en gran medida gracias a Uber. Pero el elevado número de autos ha dado como resultado una crisis financiera para muchas personas que han trabajado como taxistas durante muchos años y ahora luchan para conseguir clientes.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Bhairavi Desai. Desai es directora ejecutiva y cofundadora de la Alianza de los Trabajadores de Taxis de Nueva York, que representa a más de diecinueve mil taxistas de la ciudad de Nueva York.