Si bien la boda real ha sido aclamada por celebrar la cultura negra, el Gobierno británico enfrenta continuas críticas por políticas inmigratorias hostiles hacia los inmigrantes negros. El mes pasado, Amber Rudd, secretaria del interior británica, renunció en medio de un creciente escándalo porque miles de inmigrantes caribeños que han vivido en el Reino Unido durante décadas enfrentan la discriminación y la deportación, a pesar de haber inmigrado legalmente al Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial. Conocidos como la generación Windrush, muchos de los inmigrantes nunca formalizaron su ciudadanía tras haber inmigrado desde las ex colonias británicas. Ahora, siguiendo nuevas y estrictas leyes anti inmigratorias promulgadas en el año 2012, muchos de ellos enfrentan el desalojo, el desempleo y una posible deportación. El Gobierno británico admitió que más de sesenta personas pudieron haber sido deportadas erróneamente.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Gabrielle Bruney y Priya Gopal. Bruney es editora de la revista Esquire. Su artículo más reciente se titula “The Royal Wedding Celebrated the Contributions of Black Britons, but it comes amid a scandal rooted in the British government’s mistreatment of Caribbean people” (La boda real celebró las contribuciones de los británicos negros, pero se produce en medio de un escándalo que tiene sus raíces en el maltrato de los Gobiernos británicos a los caribeños). Gopal es profesora universitaria de la Facultad de Inglés de la Universidad de Cambridge.