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La Corte Suprema analiza el viernes 15 de noviembre si tomará el caso de Rodney Reed, un preso afroestadounidense condenado a muerte en Texas, cuya ejecución está prevista para dentro de menos de una semana por un asesinato que, afirma, no cometió. El jueves 14 de noviembre, la familia de Reed desafió el frío, acampó frente a la Corte Suprema e hizo una vigilia para pedirles a los jueces que ayuden a detener la ejecución. Millones de personas de todo el mundo se sumaron a su causa en las últimas semanas, en momentos que aumentan las pruebas de que otro hombre puede ser el responsable del asesinato de Stacey Stites, una mujer blanca de 19 años de edad, perpetrado en 1996. En 1998 un jurado formado en su totalidad por personas blancas condenó a Reed a muerte por el crimen de Stites luego que el ADN del hombre fuera encontrado en el cuerpo de la joven. Ambos mantenían una relación al momento del asesinato. Pero nuevos detalles del caso, sumados a otros anteriormente ignorados, indican que el novio de Stites, un agente de la policía blanco llamado Jimmy Fennell, puede de hecho ser el responsable del asesinato. El mes pasado, un hombre que estuvo en la cárcel con Fennell firmó una declaración jurada en la que decía que Fennell había admitido en la cárcel haber matado a su novia porque ella tenía una relación con un hombre negro. A pesar de eso, la ejecución de Reed está prevista para el 20 de noviembre.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Maurice Chammah, que escribe para The Marshall Project.