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En Colombia, cientos de miles de personas salieron a las calles el jueves 21 de noviembre para participar de la huelga nacional más numerosa que se haya visto en años. Sindicatos, estudiantes, docentes, activistas indígenas y afrocolombianos se sumaron a las marchas pacíficas en zonas urbanas y rurales de toda Colombia mientras aumenta la indignación contra el presidente de derecha Iván Duque y su gabinete. El detonante de las protestas fueron las reformas laborales y los recortes al sistema de jubilaciones propuestos por Duque, así como un reciente ataque aéreo militar contra un campamento de presuntos disidentes de las FARC, en el que murieron ocho menores. La policía respondió a los movimientos con tácticas represivas y gases lacrimógenos en las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín. Asimismo, las fronteras de Colombia con Venezuela, Ecuador, Brasil y Perú fueron cerradas en respuesta a la huelga nacional. La indignación contra el gobierno de Duque fue creciendo desde que el presidente respaldado por EE.UU. asumió su mandato en agosto de 2018; los activistas sociales denunciaron constantemente que Duque no cumplía los históricos acuerdos de paz de Colombia que se firmaron en 2016 tras medio siglo de enfrentamientos.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con el activista de larga trayectoria Manuel Rozental, que se comunica con nosotros desde Cali, Colombia. Rozental participó en organizaciones políticas de base con jóvenes, comunidades indígenas y movimientos sociales urbanos y rurales durante cuatro décadas.
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