El viernes, un operativo realizado por la policía militar brasilera en Río de Janeiro dejó un saldo de al menos trece personas muertas, tras un tiroteo en el barrio de Santa Teresa. La policía afirma que estaban ahí para investigar a presuntos traficantes de drogas, pero fueron recibidos con disparos al ingresar al área. El mes pasado, el nuevo gobernador de Río, Wilson Witzel, dijo que las fuerzas de seguridad de la ciudad estaban autorizadas a disparar y matar a los sospechosos. Además dijo que Río debería tener su propia Bahía de Guantánamo para alojar a los delincuentes, a quienes llamó “terroristas”. El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió intensificar la guerra contra las drogas. Cuando era candidato a presidente, Bolsonaro dijo “un buen delincuente es un delincuente muerto”. Otra noticia proveniente de Brasil: Jean Wyllys, el primer legislador federal elegido que se reconoce abiertamente como homosexual, hace poco dejó su banca y huyó de Brasil en medio de la creciente violencia homofóbica que coincide con la llegada de Bolsonaro. Fue reemplazo en el Congreso de Brasil por David Miranda, miembro del concejo de la ciudad de Río y esposo de nuestro invitado, Glenn Greenwald.
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