El viernes, una operación militar llevada a cabo en Río de Janeiro por la policía brasileña dejó un saldo de al menos 13 personas muertas tras un tiroteo en el barrio de Santa Teresa. La policía afirma que acudieron al lugar para investigar a presuntos narcotraficantes, pero fueron recibidos con disparos al ingresar. Esto ocurre después de que el nuevo gobernador de la ciudad, Wilson Witzel, sostuvo el mes pasado que las fuerzas de seguridad de Río de Janeiro estaban autorizadas a “disparar a matar” a los sospechosos. También dijo que Río debería tener su propia bahía de Guantánamo para alojar a los criminales, a quienes calificó de “terroristas”.
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