La ciudad de Nueva York declaró una emergencia de salud pública debido al creciente brote de sarampión. El alcalde Bill de Blasio sostuvo que en las áreas afectadas las personas enfrentarán multas de hasta 1.000 dólares si no se vacunan o no vacunan a sus hijos. Asimismo, afirmó que en ciertas áreas los centros educativos que permitían la asistencia de estudiantes no vacunados podrían ser multados o cerrados temporalmente. El “epicentro” del brote se encuentra en el barrio Williamsburg, en el distrito de Brooklyn, donde hay numerosa población de judíos ortodoxos, entre quienes se registran tasas de vacunación particularmente bajas. Desde septiembre, 285 casos de sarampión han sido confirmados en la ciudad de Nueva York. Las siguientes son las palabras expresadas el martes por el alcalde De Blasio, quien anunció las nuevas medidas.
Bill de Blasio afirmó: “La única forma de detener este brote es asegurarse de que las personas que no han sido vacunadas reciban la vacuna. Es crucial que la población entienda que la vacuna contra el sarampión funciona. Es segura, es efectiva, y su eficacia ha sido comprobada a lo largo del tiempo”.
Los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos han reportado 465 casos de sarampión en lo que va del año, una cifra que representa el segundo nivel más elevado desde el año 2000, fecha en que las autoridades sanitarias declararon la erradicación de la enfermedad.