En Sudán, los líderes de las protestas anunciaron que pusieron fin a las negociaciones con el consejo militar gobernante que reemplazó a principios de este mes a Omar al-Bashir, quien gobernó el país durante casi 30 años. En la capital, Jartum, continúan las manifestaciones pacíficas frente a los cuarteles generales del Ejército, al tiempo que el líder de las protestas, Mohamed al-Amin, afirmó el domingo que no se podía confiar al Ejército la transición hacia un gobierno democrático y civil.
Mohamed al-Amin expresó: “Para las masas de nuestro pueblo, el rol de las fuerzas armadas no es el de gobernar, sino el de proteger y defender las fronteras de nuestro país. No se reconocerá ninguna autoridad transitoria ni golpista. Cualquier autoridad de esa clase será recibida con total rechazo de nuestra parte, así como cualquier poder militar, y todo esto será considerado ilegítimo”.
La Unión Africana dio plazo a Sudán hasta fines de abril para instaurar un gobierno civil o, de lo contrario, enfrentar una posible expulsión del bloque. El sábado, la fiscalía anunció que Omar al-Bashir enfrentará cargos de lavado de dinero, luego de que una inspección en su hogar hallara más de 130 millones de dólares en efectivo. Al-Bashir, que fue destituido por el Ejército el 11 de abril, está encarcelado desde la semana pasada en una prisión de máxima seguridad, la misma tristemente célebre prisión en donde el ex gobernante encarceló y ordenó asesinar a numerosas personas.