Un grupo de oficiales de los comandos de operaciones especiales de Mar, Aire y Tierra de la Marina de Estados Unidos (Navy SEAL) vieron al jefe de su pelotón cometer crímenes de guerra en Irak. En un encuentro privado con un oficial superior realizado el año pasado, se los alentó a guardar silencio y se les dijo que podían perder su trabajo si lo denunciaban, según nuevos informes publicados por The New York Times.
Según reveló una investigación penal confidencial de la Marina obtenida por el periódico, los comandos afirmaron haber visto al jefe de operaciones especiales Edward Gallagher apuñalar y matar a un adolescente desarmado en cautiverio, matar a tiros a una niña y un anciano y disparar indiscriminadamente contra una multitud de civiles. Pero cuando los hombres que integraban el equipo de Gallagher pidieron una reunión privada con su comandante de tropa y exigieron que se iniciara una investigación, les dijeron que guardaran silencio y posteriormente no se tomaron medidas sobre el asunto. Finalmente, el grupo de siete miembros del equipo SEAL logró forzar una investigación y Edward Gallagher fue detenido en septiembre bajo más de una docena de cargos, entre ellos los de homicidio premeditado e intento de homicidio. La corte marcial se centra en la acusación según la cual Gallagher apuñaló a un adolescente desarmado miembro del autoproclamado Estado Islámico hasta matarlo mientras un médico atendía al joven. El juicio comienza el 28 de mayo. Si se lo condena, Gallagher podría enfrentar cadena perpetua.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Dave Philipps. Philipps es ganador del premio Pulitzer y corresponsal nacional de The New York Times. Su artículo más reciente se titula “Navy SEALs Were Warned Against Reporting Their Chief for War Crimes” (A los SEAL de la marina se les advirtió que no denunciaran a su jefe por crímenes de guerra).
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