El Partido AK del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sufrió una gran derrota en las elecciones locales este fin de semana tras dominar el sistema político del país desde 2003. El Partido AK perdió el control en las dos ciudades más grandes de Turquía, Estambul y Ankara, y ahora está cuestionando los resultados. Los votantes expresaron su frustración con el gobierno autocrático de Erdogan, en momentos que enfrentan una inflación exorbitante y un creciente desempleo. Ahora se está realizando el recuento de los votos. “Sea quien sea el que critique a Erdogan, en este momento es acusado de terrorismo o libelo contra el presidente”, afirma Koray Caliskan, profesor de The New School y miembro docente del Centro Heilbroner de Estudios del Capitalismo de dicha casa de estudios, que ha sido acusado veinticinco veces en Turquía. “Es así como Erdogan acalla el disenso”.
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