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El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha vuelto a llevar a 100 niños y niñas migrantes a una instalación de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, donde bebés, niñas y niños pequeños habían estado encerrados sin acceso adecuado a comida, agua, medidas higiénicas ni atención médica, siendo los niños y niñas más grandes quienes se ocupaban de cuidar a los más pequeños. Luego de la indignación generalizada que provocaron los informes difundidos, el lunes 24 de junio, alrededor de 300 menores fueron retirados de dicha instalación. Sin embargo, ahora la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza está anunciando el regreso de algunos de estos menores al lugar, alegando que ya no se encuentra sobrepoblado. Según el equipo jurídico que visitó recientemente estas instalaciones, la situación que se vive es de caos y enfermedad, donde los menores no pueden bañarse ni cambiarse la ropa durante semanas.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Clara Long, investigadora de la organización Human Rights Watch y parte del equipo de supervisión que la semana pasada recorrió varias instalaciones de la Patrulla Fronteriza, entre ellas la de Clint.