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El fiscal general William Barr anunció el jueves 25 de julio que el Gobierno federal decidió reanudar la aplicación de la pena de muerte después de casi dos décadas. Se ordenó inmediatamente la ejecución de cinco presos condenados a muerte, para comienzos de diciembre. Actualmente hay 62 presos condenados a muerte por la justicia federal, entre ellos el supremacista blanco Dylann Roof, que asesinó a nueve feligreses negros en la histórica iglesia Emanuel AME en junio de 2015, y Dzhokhar Tsarnaev, el hombre que colocó una bomba durante la Maratón de Boston. Se espera que los fiscales federales aboguen por la pena de muerte en ambos casos. Esta noticia se produce a pesar del creciente movimiento de oposición a la pena de muerte en Estados Unidos. Naciones Unidas pidió que se prohíba dicha práctica en todo el mundo, mientras Amnesty Internacional la denomina “el castigo más degradante, inhumano y cruel”.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Ruth Friedman. Friedman es directora de Federal Capital Habeas Project que coordina la representación de los acusados, los representa y monitorea el pabellón de los condenados a muerte por la justicia federal.