Esta semana, el presidente electo de Estados Unidos Joe Biden presentó a integrantes clave de su equipo de seguridad nacional. Dio a conocer los nombres de las personas que ocuparían los cargos de secretario de Estado, directora de Inteligencia Nacional, asesor de seguridad nacional, jefe de seguridad nacional y embajadora ante las Naciones Unidas. Si bien Biden aún no ha anunciado quien estará al frente del Departamento de Defensa, desde el progresismo están dando la alarma por informes que indican que tiene la intención de nombrar a Michèle Flournoy, una veterana del Pentágono con posturas militaristas y vínculos estrechos con la industria de defensa. Si se concreta su nombramiento, Flournoy sería la primera mujer secretaria de Defensa.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Medea Benjamin, cofundadora de la organización CodePink, que afirma: “Ella es la personificación de lo peor del establishment de la política exterior estadounidense, el ida y vuelta entre las empresas del complejo militar-industrial y el Gobierno”. Y agrega que a lo largo de toda su trayectoria Flournoy “ha estado entrando y saliendo del Pentágono (…) donde apoyó todas las guerras en las que participó Estados Unidos y apoyó aumentos en el presupuesto militar”.