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Sectores progresistas así como activistas ambientales y laborales se oponen a que Tom Vilsack, candidato del presidente electo Joe Biden para el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), repita el papel que tuvo en el gobierno de Obama. Al cuestionar su nominación sostienen que Vilsack privilegió los intereses de las grandes empresas por encima de los pequeños agricultores, flexibilizó las regulaciones y respaldó los cultivos genéticamente modificados resistentes a herbicidas. La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color señaló que el papel de Vilsack en el despido de la ex funcionaria de USDA Shirley Sherrod en 2010 lo descalifica para el cargo. Según Ricardo Salvador —director del Programa de Alimentos y Medio Ambiente de la organización Union of Concerned Scientists— con la elección de Vilsack por parte de Biden se pierde una oportunidad para reestructurar el USDA: “Volver a elegir un secretario del pasado no es la manera de comenzar una nueva gestión. Es mantener el status quo”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Ricardo Salvador.
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