La Organización de las Naciones Unidas está advirtiendo sobre el desarrollo de una catástrofe humanitaria en la provincia de Idlib, en Siria, al tiempo que cientos de miles de personas que huyen de una ofensiva siria respaldada por Rusia están siendo obligadas a ingresar en un área cada vez más pequeña cercana a la frontera con Turquía. El miércoles, el secretario general de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, solicitó ante el Consejo de Seguridad de la ONU un cese inmediato del fuego.
Mark Lowcock sostuvo: “Pero en Idlib, ningún lugar es seguro. Casi 50.000 personas están refugiadas debajo de árboles o en otros espacios abiertos. Recibo informes diarios de bebés y otros niños pequeños que mueren en el frío. Imaginen el dolor de un padre que escapó de una zona de guerra con su hijo sólo para verlo morir congelado”.
La advertencia efectuada por Naciones Unidas se produjo al tiempo que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con lanzar su propia ofensiva militar en Idlib a finales de mes, a menos que las tropas sirias se replieguen detrás de una línea de puestos de observación turcos. La advertencia hecha por Erdogan fue repudiada de forma firme por el Gobierno de Rusia, que apoya al presidente sirio Bashar al-Assad.