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Durante todas las elecciones del “supermartes” 4 de marzo hubo largas filas en los lugares de votación en Texas, en particular, en distritos donde hay un alto número de votantes negros, latinos y estudiantes. Muchos votantes informaron haber hecho filas por más de tres horas para poder emitir el voto. Al menos 750 centros de votación permanecen cerrados en Texas desde 2013. Ese año la Corte Suprema suspendió la supervisión federal sobre Texas y otros estados del sur que estaba regulada en la Ley de Derecho al Voto de 1965. En el “supermartes” del 2020 también hubo largas filas en Los Ángeles, donde muchos centros de votación informaron sobre problemas con el nuevo sistema de votación que costó $300 millones de dólares. La campaña de Sanders solicitó ante la justicia que los lugares de votación se mantuvieran abiertos dos horas más de lo previsto, por considerar que a los votantes no se les permitía ejercer su derecho constitucional al voto. El secretario de condado rechazó el pedido.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Ari Berman. Berman escribe para la revista Mother Jones y es autor de “Give Us the Ballot: The Modern Struggle for Voting Rights in America” (Entréguennos la papeleta: La lucha moderna por los derechos electorales en Estados Unidos).