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En su primer fallo clave con respecto al aborto en la era de Trump, la Corte Suprema de EE.UU. derogó una ley que restringía el acceso al aborto en Luisiana. La normativa de 2014, que hubiera dejado a este estado con solo una clínica para realizar esta práctica, exigía que las y los médicos que realizan abortos tuvieran privilegios de admisión en un hospital a 50 km de su clínica, requisito difícil que a menudo hacía imposible que quienes practican abortos continuaran operando. “Fue un momento de euforia”, dice Lakeesha Harris, directora de justicia y salud reproductiva de Women with a Vision, una organización que trabaja por los derechos de las mujeres con sede en Nueva Orleans. “Muchas de nosotras hemos estado trabajando años para lograr esto, así que se hizo justicia”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Lakeesha Harris.