Las manifestaciones de protesta continúan en Kenosha, Wisconsin, donde la policía le disparó siete veces en la espalda a un hombre negro desarmado que se estaba subiendo a su automóvil, dejándolo paralizado de cintura para abajo. Según se informa, Jacob Blake había estado intentando desarmar una pelea antes de que la policía le disparara, y sus tres hijos pequeños presenciaron el hecho. El martes 25 de agosto, la situación alcanzó un pico de tensión cuando un hombre armado blanco abrió fuego contra una multitud de manifestantes del movimiento Black Lives Matter que protestaban por los disparos contra Blake. Dos personas murieron y una tercera resultó herida. Aún se desconoce si el hombre actuó solo o como parte de un grupo armado. La policía respondió con una violenta represión contra las y los manifestantes que exigían justicia para Blake.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con el vicegobernador de Wisconsin, Mandela Barnes, que señala que el accionar de la policía contra Blake no tiene ninguna justificación. “Ningún agente puede mirar ese video y decir que esa es la forma en que la policía debería actuar”, dice. “Necesitamos que las delegaciones policiales en todos sus niveles reconozcan que existe un verdadero problema cultural en la forma que se ejerce el control policial”.