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El huracán Laura azotó la costa estadounidense del Golfo de México al llegar como tormenta extremadamente peligrosa de categoría 4 con vientos sostenidos de más de 240 km por hora. Laura, la tormenta más fuerte registrada en la zona en más de un siglo, tocó tierra cerca de la frontera entre Luisiana y Texas. Al menos seis personas murieron. La población de la ciudad de Lake Charles y alrededores recibió el aviso de permanecer dentro de su vivienda con las ventanas y las puertas cerradas por un incendio químico en una planta de la empresa Biolab. Hilton Kelley, director ejecutivo de la organización Community In Power and Development Association, dice que las comunidades locales enfrentan muchas crisis en medio de la devastación del huracán. “La gente está inhalando todas estas sustancias tóxicas peligrosas y, al mismo tiempo, se enfrenta al COVID-19 y al calor extremo”, dice.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Hilton Kelly.