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En su primer viaje al extranjero como vicepresidenta, Kamala Harris se encuentra en la Ciudad de México para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, tras visitar Guatemala y reunirse con el presidente Alejandro Giammattei. El presidente Joe Biden le dio a Harris la tarea de detener el flujo de migrantes centroamericanos que huyen de la corrupción, la violencia y la pobreza, a pesar de que durante la campaña ambos se manifestaron a favor de permitir que más migrantes soliciten asilo en la frontera entre Estados Unidos y México. Harris emitió una severa advertencia a los migrantes: “No vengan”. La visita de Harris se produce luego de la votación que puso fin a un importante proceso electoral que estuvo marcado por la violencia. Más de ochenta políticos fueron asesinados en el período previo a las elecciones, en las que se disputaban 21.000 escaños locales y nacionales. “Este ha sido uno de los procesos electorales más violentos”, dice Erika Guevara-Rosas, abogada de derechos humanos y directora de Amnistía Internacional para el continente americano. “Es un reflejo de la crisis de derechos humanos que México viene enfrentando hace muchos años”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Erika Guevara-Rosas.