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Según un informe del equipo de investigación The Costs of War Project, las guerras iniciadas por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 causaron la muerte de aproximadamente 929.000 personas en Afganistán, Pakistán, Irak, Siria y Yemen, así como en otros países. Puede que nunca se sepa la cifra exacta de víctimas, pero la gran mayoría son musulmanas. “El racismo es parte integral de la lógica de la seguridad nacional en EE.UU. y del modo en que el país opera en el extranjero”, dice la especialista en islamofobia Deepa Kumar, profesora de ciencias de la comunicación en la Universidad Rutgers. “A la sociedad estadounidense se le vendió la guerra contra el terrorismo desde la idea orientalista y racista de que se trata de culturas atrasadas. Kumar es autora del libro “Islamophobia and the Politics of Empire: 20 Years After 9/11”(La islamofobia y la política del imperio: 20 años después del 11-S), una versión actualizada del libro publicado en 2012, en el que analizaba cómo la guerra contra el terrorismo marcó el comienzo de una nueva era de racismo antimusulmán.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Deepa Kumar.