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El jueves se cumple un año de los disturbios provocados en el edificio del Congreso de Estados Unidos por una turba violenta conformada por miles de partidarios de Trump, de extrema derecha y promotores de la supremacía blanca. El ataque buscaba impedir que el Congreso certificara los resultados de las elecciones presidenciales 2020 y dejó un saldo de cinco personas muertas y cientos de heridas. Un año después, analizamos la situación de los sectores que se movilizaron el 6 de enero en base a la investigación actualizada del documental “American Insurrection” de Frontline en colaboración con ProPublica y el Programa de Periodismo de Investigación de Berkeley. Su director, Rick Rowley, habla del crecimiento que tuvieron los movimientos de extrema derecha a partir la insurrección y dice que “el eje de la organización ha cambiado de una plataforma nacional a una local, con lo que se hace más difícil de rastrear y aumentan las probabilidades de violencia a nivel local o regional”. Rowley y el corresponsal de Frontline AC Thompson entrevistaron al presidente del comité selecto que investiga los hechos del 6 de enero, el representante Bennie Thompson, sobre qué hace que este sea un momento para la “movilización de extrema derecha”. También analizaron la amplia circulación de creencias contradictorias en sectores de extrema derecha, que por un lado sostienen que integrantes de Antifa y Black Lives Matter se disfrazaron como simpatizantes de Trump para llevar a cabo los disturbios del 6 de enero, pero por el otro califican de patriotas a quienes intentaron revertir las elecciones.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Rick Rowley.