Un grupo de estudiantes actuales y antiguos de la Universidad Yale inició una demanda judicial contra esta prestigiosa universidad estadounidense por lo que califican de “discriminación sistémica” contra estudiantes con problemas de salud mental. La demanda, presentada la semana pasada, plantea que la administración de la universidad sistemáticamente presiona a este tipo de estudiantes para que se retiren de Yale, en lugar de dar cabida a sus necesidades de atención en salud mental. Además, destacan que esta práctica perjudica desproporcionadamente a las personas de color, de orígenes pobres o rurales y a estudiantes internacionales. Hablamos del tema con Alicia Abramson, estudiante actual de Yale y una de las querellantes en la demanda presentada. Abramson cuenta que la presión de la universidad la llevó a abandonar sus estudios mientras lidiaba con un trastorno alimenticio, depresión e insomnio, con lo que perdió su seguro de salud y la mayor parte de su matrícula. “Ciertamente sentí que Yale me estaba abandonando cuando más ayuda necesitaba”, afirma. También hablamos con la abogada Monica Porter del Centro Bazelon por la Salud Mental y con Miriam Heyman, investigadora del Instituto Lurie de Políticas de Discapacidad de la Universidad Brandeis.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Alicia Abramson, Monica Porter y Miriam Heyman.