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La muerte de la reina Isabel II hizo que la atención mundial se centrara en la familia real británica y reavivó las críticas a la monarquía tanto dentro del Reino Unido como en el extranjero, en particular en los pueblos colonizados por ese país. “Hay cierto grado de psicosis si se cree que se puede ir a territorios de otros pueblos, colonizarlos y luego esperar que esos pueblos te honren”, afirma el escritor keniano-estadounidense Mukoma Wa Ngugi, docente de literatura en la Universidad de Cornell. Su propia familia se vio profundamente afectada por la sangrienta represión británica de la rebelión mau mau. Ngugi afirma que tras la muerte de la reina Isabel, se debe “disolver” la Mancomunidad de Naciones y debe haber una verdadera reparación de la violencia colonial. También conversamos con la historiadora de Harvard Caroline Elkins, destacada investigadora especializada en el colonialismo británico, para quien si bien no está claro cuánto sabía personalmente la reina Isabel sobre los campos de concentración, la tortura y otros abusos cometidos en Kenia al principio de su reinado, la monarquía debe reparar ese legado. “Se cometieron graves crímenes durante el reinado de la monarca. De hecho, su foto estaba colgada en todos los campos de detención de Kenia donde se torturaba a las personas para exigirles lealtad a la corona británica”, afirma Elkins.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Caroline Elkins y Mukoma Wa Ngugi.