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Desde la ciudad de Gaza nos acompaña Raji Sourani, director del Centro Palestino de Derechos Humanos en Gaza que, ante la orden de evacuación emitida por el Gobierno de Israel, se niega a trasladarse al sur: “¿Por qué habríamos de ser las víctimas ideales de estos delincuentes que cometen crímenes de guerra a la luz del día, frente a todo el mundo y mientras el mundo se queda mirando?”. Sourani dice que no hay lugares seguros donde refugiarse en Gaza, pero que la solidaridad social es alta entre los sobrevivientes. “Pueden bombardearnos. Pueden matarnos. Pero no pueden quitar el amor y la justicia de nuestros corazones y mentes”. Desde el 7 de octubre hasta la fecha, los ataques israelíes contra Gaza han matado a 2.800 personas, de las cuales más de un tercio eran menores de edad. Esta cifra no incluye a las aproximadamente 1.000 personas de origen palestino que siguen atrapados bajo los escombros de casas y negocios. Organizaciones de la sociedad civil están alertando que la población de Gaza se está viendo obligada a usar agua contaminada, la mayoría de los hospitales pueden operar solo parcialmente y se están agotando los suministros fundamentales mientras continúa el sitio total del territorio por parte de Israel.
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