Nueva Zelanda ha declarado el estado de emergencia en varias regiones del país, incluida su ciudad más grande, Auckland, después de que el ciclón Gabrielle llegara a la costa provocando marea alta, fuertes vientos, peligrosas marejadas ciclónicas y lluvias torrenciales. Los funcionarios de gestión de emergencias advirtieron a los residentes de las zonas bajas evacuar el área antes de que llegara la tormenta, que azotó la isla después de que en enero lluvias récord causaran grandes inundaciones y dejaran un saldo de cuatro personas fallecidas.
Rachel Kelleher: “Les pido por favor que tengan un plan para abandonar sus hogares si ven que los niveles de agua aumentan alrededor suyo o si están preocupados por la estabilidad del suelo que rodea su propiedad. No esperen a que les digan que se tienen que ir”.
Esto ocurre al tiempo que los incendios forestales han matado al menos a 26 personas, desplazado a miles y quemado unos 3.600 kilómetros cuadrados de bosques en Chile.