El miércoles 15 de marzo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió en Etiopía con el primer ministro Abiy Ahmed y otros funcionarios de alto rango del país, entre los cuales se encontraban dirigentes de la región norteña de Tigray. Blinken elogió el acuerdo de paz alcanzado hace cuatro meses, que puso fin a dos años de combates entre las tropas del Gobierno y las fuerzas rebeldes de Tigray. También llamó a que se rindan cuentas por los crímenes de guerra cometidos durante el conflicto, sin responsabilizar específicamente a ninguna de las partes. Blinken también anunció un paquete de asistencia humanitaria de Estados Unidos para Etiopía por un monto de 331 millones de dólares. “Este viaje del secretario de Estado es importante porque Estados Unidos fue uno de los principales mediadores del acuerdo de paz que se firmó en noviembre entre los funcionarios tigrinos y el Gobierno federal etiope”, dice la periodista Tsedale Lemma, fundadora de Addis Standard, una revista mensual de noticias en inglés que se edita Etiopía. Lemma sostiene que Estados Unidos debe impulsar la “plena implementación” del acuerdo de paz, algo que actualmente no se está logrando”.
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