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En Estados Unidos crece la presión para que el juez de la Corte Suprema Clarence Thomas renuncie a partir de la información difundida sobre su relación de décadas con un benefactor multimillonario. Hablamos con el periodista jurídico Adam Cohen, quien dice que hay un precedente que debería servir al Congreso como guía para abordar este creciente escándalo. En 1969, el juez Abe Fortas se vio obligado a renunciar cuando salió a la luz su relación financiera con el empresario Louis Wolfson, quien le pagó a Fortas como consultor para su fundación. Si bien Fortas había sido designado por el Partido Demócrata, el escándalo dio lugar para que se diera un pedido bipartidista de renuncia, incluso sabiendo que su reemplazo sería nombrado por el presidente republicano Richard Nixon y cambiaría el equilibrio de poder en la Corte Suprema. En un ensayo publicado por el periódico The New York Times, Cohen escribe que esa fuerte indignación bipartidista contra Fortas “podría funcionar como plan de acción para configurar la respuesta del Congreso a los hechos actuales, pero también es un punto de referencia que muestra cuán bajo hemos caído”.
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