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Recibimos información actualizada desde Libia, donde se estima que al menos 6.000 personas han muerto tras el paso del ciclón catastrófico que azotó la ciudad de Derna, en el este del país. Las lluvias torrenciales provocaron la ruptura de dos represas e inundaron completamente algunas zonas de la ciudad. Las víctimas fatales de la tormenta están siendo enterradas en fosas comunes y la esperanza de encontrar a familiares y amigos aún desaparecidos es cada vez menor. La infraestructura de Libia se encuentra deteriorada luego de años de guerra civil, intervención de la OTAN e inestabilidad política y las represas de Derna no recibían mantenimiento desde el año 2002. El Gobierno de Libia no declaró el estado de emergencia cuando se supo que venía la tormenta, ni organizó la evacuación de la población. “Obviamente, esto es culpa de nuestro Gobierno”, dice la joven activista libia Nissa Bek desde Trípoli. Bek señala que la magnitud de este desastre era esperable frente a la falta de inversiones destinadas a la mitigación de riesgos y la adaptación al cambio climático. “Espero que esta tragedia pueda ser el punto de inflexión en todo esto y que realmente [las autoridades] se tomen más en serio la crisis climática”, añade.
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