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Por primera vez en la historia de Estados Unidos, el Departamento de Justicia ha acusado penalmente al hijo de un presidente en funciones. Fiscales federales han imputado al hijo del presidente Biden, Hunter Biden, por delitos graves por la posesión ilegal de una pistola y por hacer declaraciones falsas para obtener un revólver en 2018. Los cargos fueron presentados por el fiscal especial David Weiss después de que, en julio, una jueza federal designada por Trump rechazara un acuerdo que hubiera permitido que Hunter Biden se declarara culpable de dos delitos menores de evasión fiscal para evitar ir a la cárcel por este otro delito. Los cargos conllevan una sentencia máxima de 25 años de prisión y multas de hasta 750.000 dólares. Mientras tanto, legisladores republicanos han abierto una investigación para un posible juicio político contra el presidente Biden. “Tal vez esto se convierta en la norma […] que el partido opositor, cuando tenga mayoría en la Cámara de Representantes, trate de hacerle juicio político al presidente” dice Ryan Grim, jefe de la oficina del medio The Intercept en Washington D.C. Grim añade que los conflictos internos del Partido Republicano están poniendo en riesgo el liderazgo del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y es probable que conduzcan a un cierre administrativo del Gobierno federal. “Parece que están decididos a provocar eso”.
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