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Desde Polonia informan que se están preparando para solicitar la extradición del nazi ucraniano de 98 años que, la semana pasada, recibió una ovación de pie en la Cámara de los Comunes de Canadá después de un discurso del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Yaroslav Hunka había sido invitado al acto por el presidente de la Cámara de Representantes, quien renunció a su cargo tras la polémica desatada por el hecho. Además, el miércoles 27 de septiembre, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se disculpó formalmente por el episodio. Durante la Segunda Guerra Mundial, Hunka integró una unidad militar nazi, compuesta por voluntarios ucranianos, que cometió numerosas atrocidades, entre las que se incluyen masacres de civiles judíos. Hablamos del tema con el periodista ucraniano-estadounidense Lev Golinkin, quien sostiene que Hunka no es un caso atípico y señala que, después de la guerra, Canadá acogió a muchos colaboradores nazis ucranianos. El caso más destacado es el del abuelo de la viceprimera ministra canadiense Chrystia Freeland, quien durante años lo retrató como una víctima en lugar del propagandista nazi que era. “Por supuesto, Hunka pensó que no iba a pasarle nada, ya que a la viceprimera ministra no le pasó nada cuando se descubrió que había intentado lavar la imagen de un colaborador nazi”, dice Golinkin.
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