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Este año que comienza será crucial en materia electoral para Estados Unidos. En ese contexto, analizamos cómo el poderoso grupo de presión Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos (AIPAC, por sus siglas en inglés) gastará más de 100 millones de dólares para derrotar a legisladores progresistas que critican las violaciones de los derechos humanos en Palestina por parte de Israel. Esto incluye a Rashida Tlaib, del estado de Michigan, la única miembro palestino-estadounidense del Congreso. La enorme influencia de AIPAC en las campañas electorales a nivel nacional viene acompañada de “una amenaza implícita”, dice Ryan Grim, del medio The Intercept, quien el mes pasado publicó su nuevo libro “The Squad: AOC and the Hope of a Political Revolution” (El escuadrón: AOC y la esperanza de una revolución política). “Ese dinero se gastará de todos modos, pero se gastará en su contra”, dice Grim sobre los políticos que se atreven a rechazar las considerables sumas de dinero proveniente del lobby proisraelí. “Eso limita de verdad, en un nivel sorprendente, lo que los candidatos demócratas están dispuestos a decir cuando se trata de criticar a Israel”.
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