En la zona del centro y sur de Florida hay hasta 28.000 personas presas en cárceles y centros de detención ubicados en zonas que debían evacuarse obligatoriamente por el huracán Milton. Sin embargo, según se informa, muchos funcionarios se negaron a cumplir con esta normativa. Al mismo tiempo, algunos presos que fueron trasladados a instalaciones más seguras en vísperas de la tormenta, informan que quedaron aislados, sin electricidad, información ni acceso al personal penitenciario. “El hecho de que no pudieran evacuar a las personas que se encontraban en zonas de evacuación obligatoria demuestra que, durante los huracanes, las personas encarceladas están en el último lugar de prioridad. Y creo que todo el mundo estará de acuerdo en que, si la prioridad es la seguridad de nuestras comunidades, esas comunidades incluyen a las personas encarceladas”, señala Jordan Martínez, dirigente de la organización Campaign to Fight Toxic Prisons (Campaña Contra las Prisiones Tóxicas) e integrante de su Equipo de Respuesta a Huracanes y Desastres. Durante esta tormenta, como en otras anteriores, dicha organización impulsó acciones de incidencia para que los funcionarios evacuaran a las personas encarceladas.
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