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“No tiene nada de antisemita luchar por el derecho de las personas a vivir”, sostiene la dirigente de la organización Voz Judía por la Paz Elena Stein, una de las cientos de manifestantes que el lunes 14 de octubre bloquearon los ingresos a la sede de la Bolsa de Nueva York, acción que concluyó con más de 200 personas detenidas. Fue una manifestación histórica que, con una participación masiva, pidió al Gobierno estadounidense que imponga un embargo de armas a Israel y a grandes empresas dedicadas a la venta de armas y servicios militares, como Raytheon y Lockheed Martin, que dejen de lucrar con la guerra. “El horror que sentimos no se puede expresar en palabras y con estas acciones estamos tratando de ponerle el cuerpo a apenas una parte de nuestro rechazo”, dice Stein sobre la urgencia moral de manifestarse en contra de las acciones de Israel en Medio Oriente, que ella describe como una “guerra de exterminio […] que cuenta con la cobertura de Estados Unidos”. Además, Stein destaca que su organización eligió realizar esta manifestación en la bolsa de valores como forma de llamar la atención sobre el papel que juegan los intereses financieros y corporativos de Estados Unidos en los envíos de armas al Ejército israelí.
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